Déficit de 'cócteles mortales' para las penas de muerte en EE. UU.
EE. UU. se queda sin inyecciones para ejecutar la pena de muerte después de que la Unión Europea decidiera prohibir la exportación de ciertas sustancias químicas.
A partir del próximo 16 de diciembre se permitirá exportar sustancias como ácidos barbitúricos de Europa sólo bajo un permiso especial, según indican los medios alemanes. Las restricciones se aplican también al Thiopental Natrium, que normalmente se usa como anestésico en intervenciones quirúrgicas, pero en Ohio, Washington y otros 33 estados norteamericanos es el principal ingrediente de las inyecciones letales.
La falta de sustancias necesarias ya provoca retrasos en la ejecución de las sentencias en EE. UU., desde que en enero de 2011 la única empresa productora de Thiopental Natrium, Hospira, suspendió su producción para no estar implicada en el polémico asunto de la pena de muerte.
Se sabe que la escasez de ‘cócteles mortales’ en las prisiones estadounidenses ya ha prolongado la vida de algunos encarcelados que tuvieron que esperar su 'turno' durante varios meses. Los especialistas advierten que la situación no se solucionará en breve, porque la búsqueda de sustancias sustitutivas no es fácil y los trámites de su aprobación son largos.
Estadística mortal
Hasta el momento son casi 1.300 las ejecuciones llevadas a cabo en 34 estados de EE. UU. desde 1976, cuando se restableció la pena capital tras una moratoria de 10 años.
Según Amnistía Internacional, en el año 2010 se consumaron 110 penas de muerte en el país norteamericano. El estado más sangriento en este sentido es Texas, donde suceden dos de cada tres ejecuciones.
El tema de la pena de muerte despierta polémica en EE. UU. por cuestiones morales en general y también por las dudas sobre algunas sentencias concretas. Es el caso de la de Troy Davis, condenado a muerte por el asesinato de un policía en 1989. Pese a la falta de evidencias sólidas de su culpabilidad y las numerosas protestas sociales, el hombre, de 42 años de edad, fue ejecutado con una inyección letal en Georgia (EE. UU.), el pasado 22 de septiembre.