En previsión de la visita del líder iraní Mahmoud Ahmadinejad, el canciller de Brasil, Celso Amorim, dijo que los Estados Unidos deben ser "más abiertos en sus relaciones con los países de América del Sur".
En una entrevista al diario Folha de Sao Paulo, el jefe de la Cancillería brasileña mencionó el acuerdo entre Colombia y Estados Unidos que permite al Pentágono el acceso a las bases militares en territorio colombiano, y lo tachó de muy "ambiguo".
Refiriéndose a la política regional de Washington, Amorim dijo que "las bases militares extranjeras en la región son un factor de preocupación", porque "el acuerdo no sólo trata sobre la lucha contra el narcotráfico, sino también sobre las amenazas comunes a la paz y la democracia". Como dijo el ministro brasileño, no está claro "quien determinará el carácter de estas amenazas".
El jefe de la Cancillería brasileña insinuó que la Casa Blanca presta poca atención a las relaciones con los países de América del Sur. "Es posible que cuando el presidente Obama se concentre en los problemas de la región descubra que las relaciones con Estados Unidos ya se han deteriorado", advirtió el jefe de la cancillería brasileña. "Tal vez el presidente Obama esté muy preocupado con Irak y Afganistán y eso le impida concentrarse más en estos temas". También añadió que Obama no aceptó la proposición para reunirse una segunda vez con el presidente Lula da Silva.
Comentando las declaraciones de Hugo Chávez, quien llamaba a prepararse para una guerra con Colombia, Amorim dijo que el mandatario "ya volvió atrás y una cosa es hablar de una guerra, una palabra que no debería ser pronunciada, y otra cosa es la cuestión práctica y objetiva de las bases en Colombia".
"Venezuela puede tener rivalidad con Colombia, pero Venezuela no se siente amenazada por Colombia, sino por Estados Unidos", afirmó Amorim, quien espera que EE.UU. establezca un diálogo directo con Venezuela para solucionar las tensiones en la región.
Al mismo tiempo en la ciudad brasileña de São Paulo hubo una oleada de protestas contra la visita próxima del presidente iraní. Cientos de activistas de organizaciones judias se reunieron en la zona de la Avenida Paulista, en el centro de la ciudad, para expresar su indignación por la llegada del político iraní, prevista para el 23 de noviembre. Los manifestantes llevaban pancartas y banderas acusando a Ahmadinejad de antisemitismo e incitación al odio étnico.
El presidente iraní debía visitar Brasil a principios de junio, hecho que provocó numerosas protestas. Los activistas prometieron perseguir al líder iraní y organizar piquetes durante sus reuniones con el Gobierno brasileño y la comunidad empresarial, pero en el último momento Ahmadinejad anuló su gira alegando que se iban a celebrar elecciones en su país. La visita del líder iraní a Brasil, de acuerdo con las autoridades brasileñas, se aplazó para finales de noviembre.
Antes el presidente de Brasil, Lula da Silva, señaló en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo israelí, Shimon Peres, que no quería eludir cualquier diálogo por el bien de la paz mundial.