Latinoamericanos reclaman a los países industrializados por el hambre en la Tierra
Al intervenir en la sesión inaugural de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, los presidentes de Brasil y Chile denunciaron la responsabilidad de los países ricos en la ola de hambruna que afecta a más del mil millones de personas en todo el mundo, de los cuales 53 millones viven en América Latina. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, insistió en que los países ricos deben de dejar salvar a los bancos en quiebra por la crisis financiera internacional y otorgar la mitad de los fondos a la lucha contra el hambre.
"Frente a la amenaza de un colapso financiero internacional, causado por la especulación irresponsable, los líderes mundiales no vacilaron en gastar centenares y centenares de miles de millones de dólares para salvar a los bancos que habían quebrado. Con menos de la mitad de esos recursos, habría sido posible erradicar el hambre en el mundo", afirmó Lula.
Por su parte, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, coincidió con Lula afirmando que "muchos países desarrollados aún no cumplen su promesa de elevar la ayuda al desarrollo al 0,7%" de su Producto Interior Bruto (PIB).
Roma, la capital de Italia, acoge la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimenticia, organizada por las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En el foro de tres días, dedicado al problema de hambre en el planeta, toman parte los representantes de más de cien naciones, incluso el alto mando y jefes del Estado de sesenta países. Está previsto que El Papa Benedicto XVI intervenga ante el forum y presentará las concluisones de su entrevista con los jefes de estados africanos.
En su discurso el director general de la FAO, Jacques Diouf, destacó, que en el transcurso de la última Cumbre del G8, que tuvo lugar en Aquila, Italia en el julio de este año, los líderes mundiales prestaron particular atención a los problemas rurales de los países poco desarrollados. ”Sin embargo, de los 20.000 millones, destinados para su desarrollo, sólo están prometidos”. Antes aclaró que es necesario destinar 44.000 millones de dólares para poner fin al hambre. En vísperas del forum romano, Diouf llevó a cabo una huelga de hambre de 24 horas como gesto de solidaridad con los pobres y hambrientos del planeta.
Su iniciativa fue apoyada por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki Moon, que vinculó el problema de la seguridad alimentaria con el objetivo de combatir los cambios climáticos. “No hay seguridad alimenticia sin la seguridad climática”, de tal modo incidió sobre la importancia de la conferencia Mundial sobre el Cambio climático, que tendrá lugar en Copenhague, Dinamarca el próximo mes.
Según el Informe anual sobre el estado de la seguridad alimenticia, que fue publicado por la FAO el 14 de Octubre, el número de hambrientos en el planeta superó los 1.000 millones de personas. La crisis financiera empeoró la situación de abastecimiento de alimentación incrementando el número de la gente que sufre hambre y malnutrición. Las consecuencias más agravantes que experimenta la población de los países en vías de desarrollo.Estos hechos permiten a los conferenciantes del informe deducir la fragilidad del corriente sistema alimentario y la necesidad de su reforma urgente. Éste es el fin con el que ha sido organizada la Cumbre de Roma.