La crisis actual en España no es solo económica, sino del propio sistema democrático, según la tesis que defienden los activistas de la plataforma ciudadana Democracia Real Ya (DRY). “¡Una persona, un voto!” es el lema de las manifestaciones que convoca hoy DRY en diversas ciudades españolas para reclamar la reforma del “injusto” sistema electoral del país.
“Los resultados de las Elecciones Generales del 20-N y su traducción en escaños han puesto de manifiesto, una vez más, que el derecho constitucional al sufragio universal, libre, igual, directo y secreto no es en la práctica ni igual ni libre”, sostiene la plataforma desde su página web oficial. Uno de los defectos del sistema electoral es que “el voto tiene distinto valor según dónde se ejerza”.
Por eso, los partidarios de DRY aseguran que con una ley electoral más justa, el derechista Partido Popular, pese a haber ganado, no habría alcanzado la mayoría absoluta de escaños tras las recientes elecciones parlamentarias.
Las causas del malestar
El malestar del sistema electoral español no es tan solo una suposición de los manifestantes, sino un hecho estadístico: si un partido gana a otro en número de votos en España, eso no significa necesariamente que le gane en número de diputados. Al menos así ha sido en gran parte de las elecciones que han tenido lugar en el país desde la llegada de la democracia en los años 70.
Desde hace casi 30 años, solo han gobernado dos partidos: el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Factores como estos, agudizados por la crisis económica, son los que han motivado el surgimiento de DRY, del movimiento 15-M y de otros muchos en torno a él, a favor de una democracia más representativa.
Los retos de la crisis
Las manifestaciones de este 18 de diciembre se convocan la víspera de la constitución de las nuevas Cortes Generales y de la investidura como presidente del Gobierno del líder popular, Mariano Rajoy. El nuevo gobernante tendrá que buscar soluciones para la complicada situación que vive España con un índice de paro del 22% que afecta sobre todo a la población joven, previsiones negativas para el desarrollo económico y afrontando una grave crisis del euro.