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Moscú indemnizará a las víctimas de la toma del teatro Dubrovka

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El Tribunal Europeo de Derechos Humanos estableció que Rusia debe pagar indemnizaciones a las víctimas del secuestro del Centro Teatral de Dubrovka, ocurrido en Moscú en octubre de 2002.

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos estableció que Rusia debe pagar indemnizaciones a las víctimas del secuestro del Centro Teatral de Dubrovka, ocurrido en Moscú en octubre de 2002.

Los tres días que duró el cautiverio de unas mil personas terminó con una operación de salvamento, una medida forzosa pero necesaria para salvarles la vida, aseguran las fuerzas de seguridad.

La autoridad judicial establece que sus acciones durante la operación en el céntrico teatro moscovita violaron el artículo 2 (que garantiza el derecho a la vida) del Convenio Europeo de Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales.

El 23 de octubre del 2002 más de 40 extremistas de origen checheno se apoderaron de la sala donde el público presenciaba una representación de la obra ‘Nord Ost’ sobre la conquista del Ártico, considerada como el primer musical ruso. El comando tomó como rehenes a más de 900 personas, actores y espectadores, entre los que había numerosos niños.

El ataque fue una dura experiencia para los rehenes pues durante tres días permanecieron privados de su libertad, sin comida, agua ni medicamentos. “El primer día fue relativamente tranquilo. Nos permitieron llamar a casa. Los terroristas incluso hablaban con nosotros. Al siguiente día cambió todo. Nos prohibieron movernos. Si alguien se levantaba, lo volvían a sentar a golpes. Fue muy duro estar tanto tiempo sin poder movernos”, recuerda Vladímir Bomshtéin, uno de los rehenes.

La operación de salvamento empezó el 26 de octubre por la mañana. Los especialistas tardaron dos días en elaborar un plan. Encontraron un edificio con interiores parecidos a los del Teatro Dubrovka y probaron allí varias propuestas.

"Este es un acontecimiento muy trágico y (…) sorprende por su dramatismo (...) La tarea principal - evitar la explosión del centro y el fusilamiento de rehenes - fue alcanzada”,  dijo Vladímir Vasilyev, entonces funcionario encargado de las operaciones de liberación de los secuestrados.

Vasilyev aseguró que la operación en Dubrovka se realizó correctamente y con éxito y recordó que “se llevó a cabo en circunstancias muy difíciles”. El edificio estaba minado y una acción incorrecta podría haber conducido a la muerte de todos los rehenes.

El atentado dejó un saldo de 130 muertos (entre ellos diez niños) y dejó huérfanos a 69 menores, mientras que una parte de los supervivientes actualmente sufre problemas de salud: doce personas quedaron sordas y con problemas de visión. Algunos perdieron la memoria y la mayoría sufre trastornos psicológicos.

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