Inmigrantes latinos, 'chivos expiatorios' de cara a las elecciones en EE. UU.
El año electoral en EE. UU. será utilizado "para satanizar al inmigrante y culparlo injustamente de los retos que enfrenta" ese país. Así lo ha afirmado el embajador mexicano en Washington durante un mensaje con motivo del fin de año dirigido a los extranjeros que viven en el territorio norteamericano, y en especial a los mexicanos.
Arturo Sarukhán ha advertido además que no hay que permitir que se use al inmigrante mexicano como "chivo expiatorio" en las campañas electorales. El representante del Comité de Amigos Americanos, Benjamín Prado, comentó a RT que precisamente eso se hace en este país con los inmigrantes. "Sin duda alguna se ha utilizado históricamente a los inmigrantes como 'chivo expiatorio' para culparles de los problemas económicos que vivió el país. De hecho al contrario, que los inmigrantes aportan a la economía de EE. UU.".
Sin embargo, la situación actual muestra que a pesar de que precisamente los hispanos contribuyeron a la victoria de Barack Obama en las últimas elecciones, ahora se sienten muy decepcionados por el presidente y su política. Las reformas en el ámbito migratorio prometidas por Barack Obama no se han convertido en una realidad.
Asimismo, Prado considera que ante las elecciones, los inmigrantes no saben por quién votar, ya que ambos partidos de Estados Unidos realizan políticas de represión contra los indocumentados.
"Los políticos en sus debates ya han indicado que quieren poner mano dura contra los inmigrantes y el presidente Obama en particular ha continuado una política de represión, de criminalizar a trabajadores como parte de su Administración. Ambos partidos políticos siguen una política de represión y por lo tanto es difícil medir cómo van a votar los mexicanos, los latinoamericanos, que son ciudadanos que pueden votar en el sentido, en el contexto en que se vive porque no hay una alternativa que pueda ya proponer una reforma en el Congreso a nivel nacional", mantiene el analista.
En la situación actual en la que Obama pierde drásticamente popularidad entre los ciudadanos, el presidente norteamericano trata de todas formas por volver a conquistar el voto hispano en 2012. Sin embargo, las duras represiones de los hispanos por parte de su Administración como, por ejemplo, las deportaciones masivas llevan al mínimo las oportunidades del mandatario de asumir otra vez las riendas del poder.