En Irak se registra un enorme aumento en el número de niños que nacen con deformidades y en los casos de cáncer. La razón más probable del empeoramiento de la salud de la población iraquí es el uso de armas químicas por parte de Estados Unidos durante la guerra, asegura el periódico británico The Independent.
Según informa el rotativo, en la ciudad iraquí de Faluya se registra un aumento de la mortalidad y defectos congénitos y hasta graves mutaciones en recién nacidos. Uno de cada cuatro niños nacidos en septiembre murió a los pocos días de ser dado a luz. Los científicos creen que la posible causa del hecho son los efectos del fósforo blanco, usado por los Estados Unidos en los combates en esa ciudad.
Faluya en 2004 vivió dos sangrientos asedios por parte de las tropas estadounidenses. En ambas ocasiones, varias organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron el uso de armas químicas. La Convención de la ONU prohíbe la utilización de proyectiles de fósforo durante las acciones militares. No obstante, las autoridades estadounidenses afirman que la sustancia se usó solamente para la iluminación.
Según los médicos, antes los problemas de salud —como niños nacidos con deformidades, el aumento de los casos registrados de cáncer o problemas en el sistema nervioso— no tenían precedentes a tal escala. El número de internaciones hospitalarias por esas causas se ha incrementado en varias veces.
El periódico afirma que un grupo de doctores y políticos británicos e iraquíes ha pedido a la ONU que una comisión especial investigue los defectos y ayude a sanear del material tóxico a la zona.