Bancos apoyan con su dindero la producción de bombas de racimo, mientra que mundo sufre del hambre

Mientras que los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Chile, Michelle Bachelet, insistieron en que los países ricos deben de dejar salvar a los bancos en quiebra por la crisis financiera internacional y otorgar la mitad de los fondos a la lucha contra el hambre, las principales empresas bancar

Mientras que los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Chile, Michelle Bachelet, insistieron en que los países ricos deben de dejar salvar a los bancos en quiebra por la crisis financiera internacional y otorgar la mitad de los fondos a la lucha contra el hambre, las principales empresas bancarias invierten millones de dólares a la producción de bombas de racimo. Según un estudio realizado recientemente, entidades bancarias de todo el mundo han prestado o han gestionado más de 20.000 millones de dólares para contribuir a la actividad de empresas activamente involucradas en la creación de bombas de racimo.  Agrupaciones pacifístas ya empiezan a manifestarse contra la economía basada en acciones de guerra.

“Una sola bomba puede cubrir un par de campos de fútbol, y muchas de ellas no explotan en el momento, transformando el terreno en un campo minado. Así, durante décadas continúa esta amenaza de herir y matar a la gente”, afirmó Thomas Nash de Cluster Munition Coalition, organisación civil contra las bombas de racimo.

Una vez que han sido lanzadas se abren en el aire dejando caer cientos de sub-municiones o pequeñas bombas de diversos tipos, matando y mutilando todo lo que encuentran a su alrededor. Estas pueden permanecer inactivas durante años y estallar mucho tiempo después de haber sido arrojadas, pudiendo ocurrir acabado ya el conflicto y cuando la gente realiza su vida cotidiana. La peligrosidad de un área sembrada con este tipo de bombas es similar a la de un terreno lleno de minas.

“El Deutsche Bank, por ejemplo, ha asignado servicios bancarios de inversión por 400 millones de dólares, el Citigroup ha dado créditos por valor de 570 millones a los productores de municiones de racimo, y tienen clientes que han invertido sus fondos fiduciarios en estas compañías. Son  estas entidades los que deben dejar de involucrar a la gente común y corriente en este tipo de negocios, porque los clientes no quieren ser cómplices”, dijo Esther Vanderbroek de Netwerk Vlaanderen, organización no gubernamental, que estudia las inversiones bancarias a la produccion de armas.

Dos de los bancos ingleses más grandes siguen invirtiendo en empresas productoras de armas mortíferas. En los últimos 2 años el HSBC gastó más de 665 millones de dólares en valores de Textron, la compañía norteamericana productora de bombas de racimo. Mientras Barclays prestó 222 millones de dólares a Textron y 55 millónes a Lockheed Martin, la otra compañía que se ocupa de la fabricación de armamento. El objetivo de esta protesta son los bancos de Londres. La gente demanda a los bancos una política más firme respecto a la industria armamentística.

“La convención no prohibe de modo explícito la inversión en la producción de bombas de racimo. Sin embargo establece algunas condiciones acerca del apoyo a su producción. Nosotros opinamos que invertir en una determinada compañía equivale a la participación en el proceso de la creación de esta arma implacable”, aseveró Roos Boer, IKV Pax Christi organización para la paz.

El año pasado 90 países llegaron a un acuerdo para prohibir el uso de este tipo de arma. Los Estados Unidos no se sumaron a la iniciativa, y solamente un cuarto de los países que firmaron el acuerdo convirtieron su promesa en realidad. A pesar de las decisiones políticas, son los banqueros quienes realmente pueden cambiar el rumbo, dado que controlan los flujos monetarios y tienen las riendas del poder financiero.