Unos 100.000 norcoreanos, que se congregaron en la plaza central de Pyongyang, guardaron tres minutos de silencio en memoria de su ex líder, Kim Jong-Il. Este jueves la ceremonia fúnebre, de dos días de duración, ha concluido; y el cuerpo del Kim Jong-Il ya reposa en el palacio memorial de Kumsusan, junto a los restos de su padre, Kim Il-Sung.
También este jueves acaban los 13 días de luto, declarados en el país tras el fallecimiento de Kim Jong-Il el 17 de diciembre. Según la versión oficial, el jefe de estado murió de un ataque al corazón.
El nuevo líder del estado, Kim Jong-Un, aún no se ha dirigido a la nación. Habló Kim Yong-Nam, jefe del Presidium de la Asamblea Popular Suprema norcoreana, quien destacó al hijo del fallecido como el “líder remarcable del partido, ejército y el pueblo de Corea del Norte”.
A su vez, el vicejefe de la dirección política del Ejército norcoreano aprovechó su intervención para declarar que el país “goza de las fuerzas de contención nuclear, listas a responder a la presión y el chantaje del imperialismo”.