Las autoridades de Corea del Norte, un día después de la finalización de la ceremonia fúnebre en memoria de Kim Jong-il emitieron un comunicado, donde advirtieron a “los necios políticos de todo el mundo” y a sus vecinos “marionetas” de Corea del Sur que “no deberían esperar ningún cambio de nosotros”.
En lo que toca a los surcoreanos, la Comisión de Defensa Nacional de Corea del Norte, que difundió el comunicado, añadió que no volverá a entablar conversaciones con ellos “en toda la eternidad”. Actualmente las dos Coreas están técnicamente en guerra, ya que en 1953 cerraron el conflicto entre ellos (que duró unos tres años y llevó a pérdidas enormes en vidas humanas y en materia económica a ambos países, aunque no casi no produjo cambios territoriales) solo con un armisticio, no con el alto al fuego.
El documento respondió a las cuestiones sobre futuro rumbo político de uno de los regímenes más cerrados del mundo, del que algunos esperaban un posible cambio tras la muerte de su líder.
Es el primer comunicado oficial bajo el gobierno de Kim Jong-un, el hijo menor de Kim Jong-il, que fue nombrado como su sucesor y “Comandante Supremo” del Estado. El nuevo líder norcoreano aún no se ha dirigido a la nación.