En medio de una escalada de tensión entre Irán y EE. UU, la República Islámica ha anunciado que en el marco de las maniobras navales en el estratégico Estrecho de Ormuz disparará misiles de largo alcance.
"La Armada iraní probará varios tipos de sus misiles, incluyendo misiles de largo alcance, en el Golfo Pérsico este sábado", ha informado el almirante Mahmoud Mousavi, subrayando que "el fuego de misiles es la parte final de la perforación marina que busca prepararla para enfrentar al enemigo en situaciones extremas".
De esta manera, la República Islámica busca mostrar su poderío, teniendo en cuenta el aviso por parte de EE. UU. e Israel, que aseguraron que no descartan una acción militar en contra de Irán en caso de que la diplomacia fracase en resolver una disputa sobre las actividades nucleares de Teherán.
Esta semana Irán amenazó con bloquear las exportaciones petroleras en el Estrecho de Ormuz, por donde fluye 40% del tráfico de petróleo mundial, si Occidente impone sanciones contra sus exportaciones de crudo.
“Sabemos a quién responsabilizar si estalla una guerra”
Algunos expertos consideran que las acciones de Irán son exclusivamente defensivas ante las amenazas de Estados Unidos y la Unión Europea, que intentan aislar al país. Según el editor del portal infowars.com, Patrick Henningsen, la decisión de Irán no infringe ninguna ley internacional, ya que “el país está en todo su derecho de realizar maniobras militares dentro de las aguas de su propio territorio, así como también en aguas internacionales que bordean el territorio iraní”.
Para Henningsen, Irán está simplemente jugando un juego desde una posición defensiva, mientras que “todos saben a quién responsabilizar si estalla una guerra”. El analista precisa que los culpables serían EE. UU. e Israel, porque “ellos intentan desolar a Irán y llevarlo hasta una situación de depresión económica, donde no puedan exportar su producto principal”.