Tras aprobar una ley estableciendo que todo ciudadano estadounidense sospechoso de terrorismo, capturado dentro o fuera del país, permanezca bajo custodia militar, Estados Unidos no se duerme en los laureles. Representantes del partido republicano quieren ir más allá y admiten su apoyo a la idea de ejecutar a ciudadanos estadounidenses sin juicio previo por las mismas sospechas y lanzar ataques militares contra otros países sin autorización del Congreso. Estas opiniones surgen de una encuesta del diario The New York Times.
El sondeo mostró que casi todos los precandidatos republicanos (Newt Gingrich, Jon M. Huntsman Jr., Rick Perry y Mitt Romney) afirman que el presidente de EE. UU. debe tener mandatos casi ilimitados para situaciones de emergencia. Solo Ron Paul cree en algunas limitaciones del poder presidencial, inclinándose un poco hacia el lado liberal. Todos los precandidatos también convergieron en su aprobación de la política de uso expansivo de 'drones' que lleva a cabo la administración Obama.
En caso de que estas medidas se hagan realidad, violarían los derechos civiles de los ciudadanos. Así opina Eladio José Armesto, vicedecano del Colegio de Periodistas Cubano-americanos. "Los miembros del partido republicano están siguiendo el curso equivocado de George W. Bush, quien pensaba que se podía actuar por encima de la Constitución. La Constitución garantiza a todos los ciudadanos de EE. UU. el derecho a ser sometidos a un juicio antes de la sentencia y la presunción de inocencia", destaca el vicedecano. Según su punto de vista, con estas afirmaciones los precandidatos buscan apoyo de los sectores más extremistas del partido y de la ciudadanía.
"En caso de necesidad yo autorizaría el uso de la fuerza letal contra una persona"
"Yo optaría por cautivar, interrogar y juzgar a un ciudadano estadounidense que se haya involucrado en actos de guerra contra EE. UU. Pero en caso de necesidad yo autorizaría el uso de la fuerza letal contra esa persona", declaró Mitt Romney. Tal 'caso de necesidad' se presentó este año en Yemen cuando un ataque de un 'drone' mató al ciudadano estadounidense Anwar al-Awlaki por ser sospechoso de terrorismo.
En tanto, la opinión de Barack Obama sobre los mandatos extraordinarios del jefe de Estado sufrió cambios radicales tras ser elegido presidente. Durante su campaña, a la pregunta sobre si se podría bombardear Irán sin el permiso del Congreso respondió que nunca. Pero una vez en el cargo, ordenó a las tropas estadounidenses participar en la operación contra Libia sin la aprobación del Congreso.
En la actualidad, el punto de vista del presidente de EE. UU. puede influir en muchos asuntos: importa a la hora de declarar guerra, de determinar los derechos de ciudadanos estadounidenses y de decidir qué información sobre las acciones del Gobierno se debe hacer pública y qué secretos se deben guardar. El poder presidencial creció constantemente desde los primeros años de la Guerra Fría con un súbito auge en los años de la administración Bush.