En California acaban de entrar en vigor una serie de medidas que autorizan becas a los indocumentados y que impide que éstos pierdan sus vehículos por carecer de licencia de conducir.
A partir de 2012, una nueva ley estatal limita la potestad de la policía de California para incautar automóviles en controles de tráfico si la única falta del conductor es carecer de permiso de conducir. La legislación permite que conductores sin licencia puedan llamar a un familiar o a un amigo para que recoja el carro.
El año pasado diversas organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes de California denunciaron que, amparados en órdenes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), agentes locales del orden detenían vehículos con la excusa de buscar conductores ebrios.
Sin embargo, resultó que de cada 10 detenidos 8,5 eran inmigrantes sin licencias de conducir que no habían ingerido alcohol, y cuyas huellas digitales pasaron al banco de datos de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Algunos de ellos terminaron siendo deportados.
Otra parte de la llamada Ley Soñada, diseñada para mejorar la situación de los indocumentados en este estado, otorga acceso a becas privadas a los estudiantes indocumentados de colegios y universidades. Al menos 20.000 personas podrían verse beneficiadas por esta medida.
El gobernador del estado de California, Jerry Brown, firmó la Ley Soñada en octubre. Una iniciativa semejante fue previamente aprobada también en el estado de Illinois.
Estas leyes son réplicas estatales del proyecto federal de la Ley Soñada que ha sido rechazado varias veces por el Congreso estadounidense.
En contraposición a California e Illinois, algunos otros estados como Arizona y Alabama han mostrado una tendencia adversa hacia los indocumentados, impulsando leyes contra la inmigración ilegal.