"Jamás hemos estado más fortalecidos y unidos en nuestro deseo de llevar a este país en una nueva dirección", fue el lema del discurso de victoria de Barack Obama hace tres años. Hoy, cuando la campaña electoral para las presidenciales de 2012 en Estados Unidos toma impulso, cada vez son más los electores que analizan cuántas de las promesas de su campaña anterior pudo cumplir el actual mandatario.
"No solo es que la Administración de Obama bloqueó las estimaciones de torturas y se negó a investigar y procesar, sino que Guantánamo sigue abierto. 171 hombres aún permanecen ahí. Hace más de 8 meses desde la última liberación de Guantánamo y es el período más largo desde su apertura. Básicamente ha mantenido la detención indefinida y ha reanudado las comisiones militares", comenta Maria LaHood, abogada jefe del Centro de Derechos Constitucionales (CCR, por sus siglas en inglés), organización con sede en Nueva York que se dedica a defender las libertades civiles.
Por su parte Avram Noam Chomsky, una de las figuras más destacadas de la lingüística contemporánea y catedrático del Instituto Tecnológico de Massachusetts, puntualiza: "Hay un viraje entre la política de Bush y la de Obama. La de Bush era secuestrar a individuos, llevarlos a Guantánamo, Bagram u otra cámara de torturas para intentar extraer alguna información. La política de Obama es matarlos sin más. Los están matando por todo el mundo. Se trata de campañas de asesinatos puntuales y el de Bin Laden es un buen ejemplo".
"Ya hemos visto algo parecido en los años noventa, con Clinton, cuando un demócrata que en su campaña electoral prometía cambiar el país y el mundo, en realidad avanzó más hacia una agenda derechista que habría podido realizar un republicano de haberse mantenido en el poder", sostiene el periodista Jeremy Scahill.
Según comentan los escépticos, el resumen de promesas electorales no cumplidas de la campaña anterior de Barack Obama como la 'Dream Act', la reforma migratoria, el cierre de Guantánamo y una gran parte de reformas sociales, entre otras, junto con la política exterior de EE. UU. hacia Cuba, Libia, Irán, Siria y Pakistán, debilita mucho su posicionamiento para 2012.