La defensa de Breivik insiste en que no se necesita una nueva revisión psicológica
Los abogados del terrorista noruego Anders Breivik, autor del asesinato de 77 personas el pasado mes de julio en Oslo y en la isla de Utoya, están en contra de la revisión de los resultados de la prueba médica que le había reconocido como demente.
Los parientes de las víctimas de Breivik insisten en la realización de una segunda prueba. Sin embargo, los abogados del noruego consideran que "ya se tiene una evaluación detallada del estado psíquico del acusado".
Dos fiscales responsables del caso de Breivik enviaron una carta al tribunal de Oslo en la que declaran que no hay necesidad de realizar otra prueba.
Dos psiquiatras forenses nombrados por el tribunal concluyeron en noviembre pasado que Anders Breivik, de 32 años, sufría esquizofrenia paranoica y necesitaba cuidado mental en lugar de internamiento carcelario.
Los resultados de la prueba fueron puestos en duda, por lo que se acordó que un grupo de cuatro científicos monitorizaran la conducta de Breivik en la cárcel durante unos meses, llegando a la conclusión de que el atacante de Utoya "no es demente". En su informe los expertos aseguran que no hallaron en él signos de "esquizofrenia paranoide" y que no necesita tomar ninguna medicina, según los expertos.
El mismo Breivik no se reconoce demente. Según la Policía el terrorista, que se cree un luchador contra el islam y el multiculturalismo, percibió el mensaje sobre los resultados de la prueba como un insulto personal.
La decisión final sobre la realización de una nueva prueba de la salud psíquica de Breivik será tomada a mediados de enero. El juicio empezará el 16 de abril de 2012.
El 22 de julio de 2011 Breivik hizo estallar un coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, donde murieron ocho personas, e inmediatamente después se trasladó a la isla de Utoya, a 45 kilómetros de la capital, donde disparó de forma indiscriminada y mató a otras 69. La mayoría de las víctimas de Utoya asistían al campamento de las Juventudes Laboristas.