Miles de manifestantes inundaron las calles de Sana, la capital de Yemen, impacientados ante la posibilidad de que el saliente presidente Ali Abdullah Saleh incumpla el acuerdo que establece su retirada del poder.
Los manifestantes sospechan que el político podría escudarse en la inestabilidad que vive el país para quedarse en su puesto, esgrimiendo el pretexto de que el grupo terrorista Al Qaeda incrementará sus acciones en el país tras su renuncia.
En noviembre del año pasado el mandatario saliente, que gobernó el país con mano dura durante los últimos 33 años, firmó un acuerdo para traspasar el poder al vice presidente a cambio de su inmunidad. El acuerdo fue promovido por poderosos vecinos del Golfo Pérsico y respaldado por EE. UU.
Desde entonces han pasado seis meses pero Saleh sigue en el poder y hasta ahora los medios de comunicación estatales lo siguen tratando como líder del país.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, lejos de las protestas contra Saleh se han reunido otras personas, para celebrar el lanzamiento de un nueva formación política, 'El Patrido de Nación', que agrupa a las fuerzas opositoras al régimen.