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Moscú vive sus carnavales navideños

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Durante los doce días posteriores a la Navidad ortodoxa los residentes de Moscú tienen la oportunidad de participar en bailes y desfiles de disfraces, donde se mezclan la tradición cristiana y las antiguas costumbres eslavas. El ambiente festivo se apodera de todos los parques capitalinos central
Moscú vive sus carnavales navideños

Durante los doce días posteriores a la Navidad ortodoxa los residentes de Moscú tienen la oportunidad de participar en bailes y desfiles de disfraces, donde se mezclan la tradición cristiana y las antiguas costumbres eslavas. El ambiente festivo se apodera de todos los parques capitalinos centrales.

En los carnavales durante este período, que en ruso se llama Sviatki, los hombres suelen ponerse faldas femeninas, mientras que las mujeres se disfrazan de varones. Otra opción es ponerse el traje de un personaje de cuentos de hadas. Los jóvenes disfrazados se dedican a recorrer las calles de casa en casa con felicitaciones cómicas, canciones y juegos.

Los otros tres elementos esenciales de la fiesta son las 'chiquilladas', los 'secuestros evidentes' y las 'adivinaciones'. Las 'chiquilladas' son la diversión favorita de los niños, que se reúnen de noche y hacen 'incursiones' en pisos vecinos. El objetivo de la aventura es hacer alguna travesura, como esconder las llaves de la puerta, atar los cordones de todos los zapatos entre sí o poner petardos autoexplosivos en los umbrales.

Los 'secuestros' son una tarea un poco más complicada. Hay que robar algún objeto pero cuando todo el mundo te mira, y acompañar el robo con canciones y mucho ruido. Lo secuestrado se devuelve después a la víctima, pero solo a cambio de un 'rescate', que en la mayoría de los casos son algunos dulces.

Los jóvenes rusos suelen dedicar las 'adivinaciones' a predecir su felicidad personal. Uno de los métodos más usados es ponerse frente a un espejo en una habitación oscura y poner al lado una vela encendida. Al mirar tras la vela en el espejo, se debe ver la imagen de la futura pareja. Otro método es salir por la noche a la calle con pan o empanada y preguntar al primer transeúnte con que se encuentre cómo se llama. El nombre que diga será el nombre del presunto prometido.

Una adivinación exclusiva para los hombres es poner las cuatro cartas con la figura de la dama de la baraja francesa debajo de la almohada antes de ir a dormir. La prometida llegará a sus sueños con una carta en sus manos, si es la imagen de la dama de picas significará una futura mujer vieja y celosa; si es la de tréboles, una viuda; la de corazones simboliza una mujer joven y rica; y la de rombos, la deseada.

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