El nuevo jefe supremo de las FARC, alias ‘Timochenko’, invita al Gobierno de Colombia a una mesa de conversaciones. En un reciente mensaje ofrece al presidente Juan Manuel Santos “retomar la agenda” del proceso de paz de diez años atrás -agenda de la fracasada negociación en la región de El Caguán bajo la presidencia de Andrés Pastrana- y aboga por los indígenas Barí, “cuyos asentamientos se encuentran en la mira de las grandes compañías transnacionales”.
A juicio de Rodrigo Londoño Echeverry —nombre natural del comandante— los indígenas sufren una persecución infame y el destierro. El Ejército se está desplegando de tal manera que “se acerca a las comunidades indígenas del Catatumbo simulando brigadas de ayuda”. Mientras, la intención de las tropas sería preparar la llegada de empresas multinacionales “para sembrar palma de aceite y explotar minerales”.
Más allá de esas maniobras, ‘Timochenko’ sugiere “poner en cuestión las privatizaciones, la desregulación, la libertad absoluta de comercio e inversión, la depredación ambiental, la democracia de mercado, la doctrina militar”. Por su parte, no adopta en su misiva ningún compromiso nuevo, al revés, se niega a “aceptar la imposición de verdades absolutas”. Reitera que el conflicto no tendrá solución antes de que sean atendidas las voces de la guerrilla.