La zona del Pacífico está entre uno de los intereses prioritarios de Estados Unidos, subrayó la Casa Blanca poco antes de que el secretario del Tesoro de ese país, Timothy Geithner, iniciara su visita a China y Japón en la búsqueda de apoyo a la iniciativa de reducir la compra del crudo iraní a nivel mundial. La gira de Geithner coincide con su 'contrapeso', la visita del presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, a América Latina.
Con el Pacífico en la mira
"Es evidente que China es un país que sigue aumentando su potencia económica y militar. No creo que sea una amenaza para nosotros, pero debemos mantener un equilibrio de fuerzas en la región", afirmó Philip Gordon, subsecretario de Estado de Asuntos Euroasiáticos.
"EE. UU. tiene como tarea asegurar que el mar de la China y el Pacífico occidental queden abiertos para la navegación internacional", insistió, por su parte, el almirante Jonathan Greenert, jefe de Operaciones Navales del país.
La Marina estadounidense tiene actualmente hasta 50 naves y submarinos desplegados en el Pacífico occidental, mayormente concentrados en cercanías de Japón, según el almirante Greenert. Para comparar, en Medio Oriente el número de naves es de unas 30. "En el Pacífico occidental ponemos lo mejor que tenemos: tropas aeronavales, guerra antisubmarina, cruceros, destructores y equipamiento más avanzado", más el personal escrupulosamente selecto, acentúa Greenert.
EE.UU. cambia el enfoque de su política exterior a favor de la región asiática del Pacífico para mantener "la prosperidad y seguridad en casa", aseguró, por su parte, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, a mediados de octubre pasado, en su artículo 'El siglo del Pacífico de EE. UU.'.
El renovado interés estadounidense en Asia se da en un escenario en el que China y Rusia actúan como contrapesos de la política de Washington hacia Irán. Ambos países descartan la posibilidad de que Irán planee un ataque misilístico contra EE. UU., algo que sostiene Washington, y apoyan el postulado de Teherán de que su programa nuclear tiene un carácter puramente pacífico y está destinado a abastecer el país con electricidad. Se oponen a endurecer las sanciones económicas contra la república islámica y avisan de lo peligroso que es escalar el conflicto y recurrir a fuerza.
Hoy en día, una de las mayores preocupaciones de los países occidentales respecto al endurecimiento de sanciones contra Teherán es la amenaza de Irán de responder a las limitaciones a sus exportaciones de su crudo con bloquear el Estrecho de Ormuz, la vía por donde circula un 40% del tráfico mundial de petróleo. Apenas las autoridades iraníes hicieron una declaración al respecto, el Pentágono advirtió que en caso de ser cerrado el estrecho recurrirá a fuerza y aumentó su presencia militar en la zona.
China: "Nos oponemos al uso de la fuerza militar contra Irán"
El cierre del Estrecho de Ormuz y una guerra en la región serían un desastre tanto humanitario como económico a nivel mundial, acentúa Chen Xiaodong, director del Departamento de Asia Oriental y África del Norte del Ministerio de Relaciones Exteriores de China. "Nos oponemos al uso de la fuerza militar contra Irán, ya que el uso de la fuerza contra un país soberano lesiona el derecho internacional", acentúa. Subraya que China se opone a que Irán desarrolle armas nucleares, pero precisa que Teherán está en su pleno derecho a usar energía nuclear con fines pacíficos.
Insiste, además, que las sanciones unilaterales no hacen más que intensificar las causas del conflicto, en lugar de resolverlo. "China se apegará a la resolución de la ONU sobre sanciones a Irán, pero las sanciones unilaterales de algunos países han perjudicado a las naciones que tienen relaciones comerciales normales con Irán", detalla.
Por su parte, Wen Jiabao, primer ministro del país que es el tercer comprador del crudo iraní en el mundo, precisa: "Nosotros siempre hemos creído que el diálogo es mejor que la confrontación y que la cooperación es mejor que la contención".
Está programado el próximo paso de EE. UU. en la búsqueda de apoyo internacional a su iniciativa de reducir la compra del crudo iraní y aislar el Banco Central del país a nivel mundial. Este será una visita de una delegación estadounidense a Corea del Sur la semana que viene.
Mientras tanto, el 14 de enero el primer ministro chino, Wen Jiabao, empezará su primera visita oficial al exterior de 2012. Será a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, tres grandes productores de petróleo del Golfo. Según concluyen los analistas, es una señal muy clara de que China está buscando una alternativa para los suministros de crudo iraní, puesto en peligro por las sanciones de EE. UU.