La visita oficial del líder iraní a América Latina, recién concluida en Ecuador, ha sido para algunos medios de información otra ocasión para seguir creando una imagen hostil de Irán.
Se desató un verdadero escándalo mediático a causa de una manipulación de la agencia AFP con un video grabado durante la reunión del presidente Mahmoud Ahmadineyad con su homólogo venezolano, Hugo Chávez. Una broma del líder latinoamericano sacada de contexto podía entenderse erróneamente, como si Irán hubiera llegado a Venezuela para preparar un ataque militar contra Washington.
El analista político internacional Jorge Elías recuerda otro caso de propaganda antiiraní en los medios occidentales: "A principios de año el periódico The New York Times publicó un artículo, en el que se mencionaban los objetivos militares del programa nuclear iraní sin aportar prueba alguna. Luego el periódico borró el párrafo correspondiente de su sitio web sin dar explicaciones sobre lo ocurrido."
¿Hay alguien que crea realmente en la amenaza nuclear de Irán?
El problema es que el avance de dicho programa nuclear de Irán inquieta a EE. UU., aunque ni siquiera en Washington crean que persigue fines bélicos. El propio secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, lo ha reconocido en una entrevista televisiva: “¿Si están intentando crear un arma nuclear? No. Pero sabemos que están creando un potencial nuclear y es lo que nos preocupa”, dijo.
Esta preocupación fue un motivo suficiente para que EE. UU. anunciara la imposición de sanciones financieras contra Irán y exhortara a otros países a que hicieran lo mismo. Estas medidas ponen en peligro la exportación de petróleo que es el recurso principal del que vive Irán. Teherán, por su parte, recordó que el mundo también necesita el crudo persa y amenazó con bloquear el estrecho de Ormuz, la arteria vital para el abastecimiento de petróleo mundial.
Amenazas peligrosas
La reacción de Washington fue inmediata. Las amenazas de Irán fueron interpretadas como una provocación. La Secretaría de Defensa estadounidense incluso admitió la posibilidad de aplicar la fuerza contra Teherán y lo demuestra ahora enviando portaaviones de combate al mar Arábigo, a territorios cercanos a la costa persa.
¿Pero podría EE. UU. ganar un enfrentamiento bélico contra el potencial nuclear de Irán sin utilizar sus armas nucleares, si tuviera que hacerlo? El presidente del Estado Mayor Conjunto de EE. UU., general Martin Dempsey, no pudo contestar a esta pregunta directamente en una entrevista. “Pues yo, seguramente, quiero que piensen que podemos”, fue su respuesta.
En estas condiciones, algunos creen que esta es una Guerra de palabras y amenazas recíprocas y que ninguno de los dos protagonistas optaría por un verdadero conflicto armado. Pero también hay quienes temen que alguna de estas amenazas se convierta en el detonante de un conflicto real.