Al menos tres personas murieron y más de 50 resultaron heridas, según los últimos datos disponibles, como resultado del accidente del buque crucero Costa Concordia, que encalló este sábado en el litoral de una isla italiana en la región de Toscana.
En estos momentos continúa desarrollándose la búsqueda de los 70 pasajeros desaparecidos, según declaraciones del prefecto de la provincia de Grosseto, Giuseppe Linardi, a la televisión local Rai News.
A bordo de la nave viajaban más de 4.200 personas: 3.200 pasajeros y 1.000 miembros de la tripulación.
En el momento del accidente varias personas cayeron por la borda. Un hombre de 70 años murió por un ataque al corazón al caer de la cubierta, mientras que el resto de los fallecidos todavía no han podido ser identificados.
A pesar de que la mayoría de los viajeros fueron rescatados por la guardia costera italiana, más de 200 personas quedaron atrapadas en la embarcación. La evacuación de las víctimas continúa con la ayuda de helicópteros y de otras naves.
El número de rescatados supera la capacidad de hospedaje de la pequeña isla de Giglio. En ausencia de otras viviendas, las autoridades abrieron las puertas de los colegios, guarderías infantiles, hoteles y catedrales.
El capitán del barco comenta que la nave sufría algunos problemas eléctricos, lo que supuestamente podría ser la causa del accidente. Los pasajeros afirman que el buque se inclinó y comenzó a entrar agua, lo que provocó el pánico a bordo.
“Estábamos cenando cuando se apagó la luz. De repente sentimos un golpe y toda la vajilla cayó de las mesas”, cuenta el periodista Luciano Castra, que viajaba en el buque. "Todo se parecía a una escena de Titanic", describe su colega Mara Parmeggiani.
Por el momento la compañía Costa Crociere, propietaria del crucero Costa Concordia, declaró que todavía "no es posible saber la causa del accidente".