El autor confeso del doble atentado del pasado 22 de julio en Noruega en el que murieron 77 personas, Anders Breivik, no está psíquicamente incapacitado. Así lo reveló un nuevo informe médico, en base al cual la corte de Oslo encargó un nuevo examen psiquiátrico.
"Yo no interpreto sus declaraciones 'desviadas' como una visión psicótica de la realidad, sino como expresión de una ideología extrema", afirmó el psiquiatra noruego, Randi Rosenquist.
Según el experto, esta ideología se formó bajo la influencia del movimiento británico de extrema derecha, sin ningún intento de Breivik por encontrar adeptos entre los noruegos.
Al mismo tiempo, Rosenquist subrayó que si su visión del mundo se rompe, Breivik podría llegar a ser un maníaco, psicótico y sufrir delirios de grandeza.
Por su parte, Breivik, de acuerdo con el médico, no se arrepiente de sus acciones y se ríe de aquellos expertos que lo toman por esquizofrénico.
A su estancia en la cárcel la compara con una "guardería", con la única diferencia de que "aquí se puede llamar para te traigan 'snus' (tabaco para mascar) o cigarrillos". El prisionero pasa el tiempo haciendo ejercicios físicos, leyendo libros sobre la historia de diferentes países, jugando en la computadora o viendo películas, según el informe.
Un círculo vicioso de exámenes médicos
A finales de diciembre, la Comisión de Medicina Forense confirmó el primer informe psiquiátrico declarando a Breivik enfermo mental. Según las leyes noruegas esto impide una pena de cárcel, que sería sustituida por una condena a tratamiento psiquiátrico forzado.
Sin embargo, los psiquiatras que lo controlan en la cárcel no observaron ningún signo de que sea psicótico, lo que obligó a la corte de Oslo a encargar a dos expertos distintos que realicen un nuevo informe.
Esos médicos aseguraron al tribunal que entregarán su estudio antes de que comience el juicio contra Breivik, el próximo 16 de abril.