Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes y uno de los favoritos de la carrera primaria republicana para las presidenciales de 2012 en Estados Unidos, se ha quedado con el voto hispano. Una de las mayores organizaciones de hispanos republicanos del país, Somos Republicans, le otorgó este lunes su respaldo.
"Creemos que Newt Gingrich conoce la importancia de la comunidad latina", señala el grupo en su comunicado oficial, detallando que los 50 millones de latinos configuran el 16% de la población actual de EE. UU. y "son un componente fundamental en el futuro de la nación". "Mientras el resto de los candidatos se muestran ajenos a esta realidad, Newt Gingrich ha estado trabajando duro durante muchos años para incluir a los hispanos en la conversación general para mejorar EE. UU.", acentúa el texto.
Uno de los siguientes pasos programados por el político para seguir ganando el apoyo del electorado latino es participar en la conferencia de la Red de Liderazgo Hispano, que se celebrará en Miami entre el 26 y el 27 de enero.
"Quiero ser duro, pero mi deseo no es torturar a la gente. No puedo imaginar ni una persona seria en este país que quiera desgarrar a las familias que pasaron aquí décadas", es el lema de la política de Gingrich en cuanto a los inmigrantes indocumentados de EE. UU. El político subraya que no apoya la amnistía. Está a favor de un modelo selectivo y un aproximamiento individual que se base en la opinión de los residentes locales sobre un inmigrante a la hora de revisar los casos.
Según declara en los debates, su idea es legalizar a los inmigrantes que han vivido en el país, al menos, 25 años, tienen vínculos genuinos con la comunidad, son buenos ciudadanos y tienen una familia de ciudadanía estadounidense que sea su patrocinador. "No creo que la gente de EE. UU. vaya a llamar a la Policía para expulsar del país a un buen ciudadano local que, muy probablemente, va a la misma iglesia y tiene hijos y nietos aquí", acentúa.
Sin embargo, aun así, su plan prevé que los inmigrantes ilegales no reciban la ciudadanía, solo permiso de residencia. Para obtener este permiso tendrán que pagar, además, una multa, cuya cuantía no detalla.
Al mismo tiempo insiste: "La mayoría de los empleados que están aquí, que no tienen vínculos con nosotros, deben irse de inmediato. Creo que debemos simplificar crucialmente los procedimientos de las deportaciones". Otro postulado de Gingrich es desarrollar un programa eficaz de trabajadores invitados que estipule unas multas muy severas para los empleadores que contraten a inmigrantes indocumentados.