En su obsesiva lucha contra el terrorismo y la delincuencia, la Policía de Nueva York (EE. UU.) se armará con un nuevo dispositivo para escanear a transeuntes a una distancia de hasta 25 metros.
"Este dispositivo mide la emisión radioactiva en el cuerpo de una persona y detecta objetos, tales como armas, que pueden impedir esta emisión", explicó el Comisionado de la Policía, Raymond Kelly, aclarando que la energía no pasa a través de los metales.
Los escáneres, creados por expertos del Departamento de Defensa en Washington, serán colocados en las patrullas policiales, que de esa manera podrán determinar si en una zona determinada hay armas de fuego escondidas o portadas ilegalmente por civiles.
Estos dispositivos cuentan con luz ultraroja, por lo que facilitarán el trabajo de la Policía por las noches.
Además, según Kelly, los dispositivos podrán ayudar a los uniformados a detectar a terroristas suicidas, que podrían llevar explosivos adosados a su cuerpo, sin entrar en contacto directo con ellos.
La 'protección' por encima de la Constitución
La Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés) ha criticado el invento, que supuestamente busca reducir al mínimo el alto nivel de delincuencia y proteger a los civiles, esgrimiendo que se trata de una precaución innecesaria que plantea más problemas que soluciones.
El uso del dispositivo implica que si un civil lleva algo bajo su ropa, la persona en cuestión podría ser considerado como 'sospechoso' y los agentes podrán registrarlo por supuesta tenencia ilegal de armas.
"Es preocupante. Esto viola la intimidad cuando vas por la calle sin hacer nada malo y te escanean", opina Donna Lieberman, miembro de la ACLU.
La Cuarta Enmienda de la Constitución estadounidense ampara a los ciudadanos de registros e incautaciones injustificadas. El uso de los escáneres a distancia, evidentemente, contraviene este derecho.
Las estadísticas de la ACLU muestran que gracias a dispositivos parecidos que funcionan a corta distancia, en tan sólo tres meses del año pasado fueron interrogados más de 160.000 transeuntes inocentes, la mayoría de los cuales eran de origen hispano.
Según los defensores de los derechos civiles, esto demuestra que la Policía, bajo el pretexto de los escáneres, podrá detener a cualquier persona movida por otros intereses, como puede ser la detención de los inmigrantes hispanos.