Medicos de Chicago se quedaron boquiabiertos cuando hallaron un clavo de más de ocho centímetros en el cráneo de un hombre que se lo había incrustado sin darse cuenta mientras hacía reformas en su casa. Sólo un día después, cuando se sintió mál, acudió a los doctores que, asombrados, detectaron el objeto y salvaron su cerebro.
Los rayos X mostraron que Dante Autullo, el protagonista de esta increíble historia, no se había lesionado. Los cirujanos que le extrajeron el clavo aseguran que, de puro milagro, ningún nervio vital resultó dañado: el hombre podía moverse, hablar y no perdió en ningún momento la memoria.
Según la víctima, de 32 años, él estaba en su taller utilizando su pistola de clavos cuando sintió un culatazo.
Autullo colgó la radiografía de su cráneo en Facebook directamente desde el coche médico. Ahora el obrero afortunado se encuentra bien. "¡Es asombroso!”, asegura su esposa.