Ante la crisis unos 40 millones de estadounidenses hacen lo imposible para conseguir comida. No obstante, se despercia un tercio y hasta la mitad de los alimentos.
Esta es la controvertida realidad de EE. UU., donde entre el 30 y el 50% de los alimentos que se producen terminan en la basura y dejan pérdidas estimadas en mil millones de dólares al año.
Esta situación resulta paradójica teniendo en cuenta los 40 millones de personas que se esfuerzan diariamente para conseguir comida. Y aunque contradictoria, algunos creen que en ello se basa la prosperidad de la nación.
¿Comida desechable?
Jeremy Seifert es el director de una película documental en la que junto con algunos compañeros recorre los basureros de Los Ángeles, donde descubre que se tiran miles de dólares en comida en buen estado. Pero el despercidio descrito en la cinta rebasa fronteras.
"Hoy en día se trata de un mercado global y nuestro excesivo consumo afecta directamente a los pobres y hambrientos de otros países. Si EE. UU. consume más de lo que necesita, eso afecta los precios de la comida y su accesibilidad. ¿Por qué hice esta película? Por el sentimiento de indignación ante el injusto derroche de comida", confiesa Seifert.
Un modo subsitencia
El desperdicio de alimentos es una de las principales preocupaciones del músico de 27 años Gio Andolo y al mismo tiempo su forma de subsistencia. En vez de recorrer restaurantes y supermercados acude a los vertederos de las calles de Nueva York que según él están repletos de comida fresca.
"Esta comida seguramente puede ser consumida. No tiene sentido tirarla, de lo contrario acabará entre los montones de basura de un vertedero", asegura Andolo, quien se ha convertido en un verdadero experto en el "reciclaje" de alimentos. El músico inicia su ruta por las avenidas de una ciudad que desperdicia toneladas de comida diariamente.
Muchos de sus allegados se sorprenden al ver la bolsa llena de comida que en vez de ser consumida se pudre en los basureros.
Por supuesto, Gio no es el único que busca su sustento diario de esta manera, pero esta es su pequeña contribución para resolver el problema del desperdicio. Aunque la reserva de alimentos en el mundo no es infinita, la paciencia y la humildad humana sí.