Newt Gingrich y Rick Santorum, candidatos republicanos a la presidencia de EE. UU., defendieron el uso del espionaje y de “operaciones encubiertas” para derribar el régimen de los hermanos Castro en Cuba.
Durante un debate celebrado este lunes previo a las elecciones primarias del próximo 31 de enero en Florida, Gingrich dejó en claro que “como presidente no permitiré cuatro años más de su dictadura”.
Aunque descartó el despliegue de tropas o el uso de la fuerza militar en la isla, el aspirante que ganó el pasado sábado las primarias en Carolina del Sur abogó por “emplear cualquier recurso que EE. UU. tenga en su poder, incluidas las operaciones encubiertas, como (el ex presidente Ronald) Reagan hizo con los soviéticos”.
Santorum, por su parte, consideró que el régimen cubano representa una “amenaza grave” para la seguridad de EE. UU. y respaldó “el uso de tácticas como las que Newt ha sugerido” para debilitarlo.
“Las sanciones deben continuar hasta que los hermanos Castro estén muertos y más allá”, sentenció y aseguró que “Cuba, Venezuela y Nicaragua tienen redes crecientes de gente que trabaja con yihadistas e iraníes y que se disponen a construir plataformas militares a 150 kilómetros de nuestra costa”.
El ex gobernador de Massachussets, Mitt Romney, denunció que el presidente Barack Obama ha tomado un camino muy peligroso con respecto a Cuba”, al haber revocado las restricciones a los viajes y los envíos de remesas. Además indicó que Estados Unidos debe apoyar a “aquellos cubanos que quieren libertad”.
Por su parte, el congresista Ron Paul, se opuso a sus rivales al asegurar que le gustaría ver al pueblo cubano celebrar su propia libertad sin ninguna intervención de EE. UU., y se manifestó en contra del embargo comercial.
“Creo que es hora de detener el aislamiento. La guerra fría se ha acabado”, dijo Paul, quien abogó por entablar conversaciones con La Habana como las que se iniciaron con Rusia o China, y “que finalmente llevaron al comercio”.
Inmigración, tema escabroso
Los aspirantes debatieron también asuntos de inmigración como el ‘Dream Act’, un proyecto de ley que podría otorgar la ciudadanía para algunos indocumentados menores de 16 años, y que Romney ha prometido vetar si es aprobada por los representantes y él llega a la presidencia.
Gingrich indicó que trabajaría “para crear una versión de la ley que diera la posibilidad de ontener la ciudadanía a aquellos inmigrantes que quisieran participar en las Fuerzas Armadas”, pero no para “cualquiera que quiera ir a la universidad, idea que fue apoyada también por Romney.
En su versión actual, la iniciativa de ley beneficiaría tanto a los graduados de secundaría que presten el servicio militar como a los que completen al menos dos años en la universidad.