Occidente va a ignorar la reinstauración militar y el descontento con el nuevo Gobierno de Libia, y forjar la ilusión de que ha traído la democracia al país norafricano, según sostienen varios expertos.
“La democracia no se implanta a través de bombardeos, sino mediante la lucha de ideas”, un trámite “suspendido por los invasores occidentales”, dijo a RT Patrick Hayes, corresponsal de la revista 'Spiked'.
Señala que nada le asombra ya de los acontecimientos que ocurren en Libia, porque las nuevas autoridades, el Consejo Nacional de Transición (CNT), no han sido electas por la población libia. Además hay gente que sigue leal a las ideas del derrocado líder Muammar Gaddafi.
“Lo que sí es cierto es que el CNT está impotente y no responde a las necesidades ni anhelos de nadie en la Libia de hoy”, agregó el periodista.
Este lunes entre 100 y 150 leales gaddafistas asaltaron la ciudad de Bani Walid y tomaron el control de la urbe, que fue uno de los últimos bastiones del régimen de Gaddafi en la guerra civil que duró ocho meses.
Además, el domingo pasado, unas 4.000 personas participaron en una acción de protesta en Bengasi, la cuna de la revolución libia.
Los manifestantes, entre ellos representantes de agrupaciones armadas, exigieron la renuncia del presidente del Gobierno transitorio, Abdul Jalil, y una mayor transparencia en las acciones de las nuevas autoridades.
Los manifestantes se abrieron paso hacia los cuarteles locales del CNT en Bengasi, demostrando su descontento con el actual Gobierno.
La marcha llevó a la dimisión del alcalde de la ciudad y a que el vicepresidente del CNT, Abdel Hafiz Ghoga, renunciara a su cargo.
¿Una nueva guerra civil?
Mientras tanto, Sabah al-Mujtar, presidente de la Asociación de Juristas Árabes, advierte que "la amenaza de una nueva guerra civil es real".
“La razón principal consiste en que las armas permanecen en las manos de varias milicias en diversas partes del país”, además de diferentes tribus rivales en aquellas áreas, explicó.
Al mismo tiempo, según él, sigue habiendo un conflicto de opiniones políticas entre la gente. “Es una situación compleja cuando unos quieren que el Islam sea parte de la constitución, mientras otros, los liberales, no lo quieren”, detalló.
Asimismo, hay grandes contradicciones entre lo que dice y hace el CNT, que incluye a muchos ex partidarios de Gaddafi, entre ellos el presidente del CNT, Abdul Jalil, quien fue ministro de Justicia durante el régimen anterior.
“Dicen que no permitirán, a quienes ascendieron durante el régimen de Gaddafi, que se presenten en las elecciones”, explicó el jurista.