Este miércoles los participantes del Foro Social Mundial, que se celebra en la ciudad brasileña de Porto Alegre, fueron llamados a plantar cara al capitalismo, por el intelectual portugués Boaventura de Sousa Santos, uno de los más respetados miembros del movimiento contra la globalización.
El foro se inauguró un día antes como respuesta al Foro Económico Mundial que recibió, en la ciudad suiza de Davos, a la élite de las finanzas internacionales y a los líderes políticos de numerosos países. Miles de activistas recorrieron las calles de Porto Alegre con centenares de banderas y pancartas asegurando que "otro mundo es posible", incorporando mensajes de lucha de los Indignados de España y Ocupa Wall Street.
Estas ideas y conceptos fueron apoyadas por el sociólogo luso De Sousa Santos, quien acusó a las grandes corporaciones de haber adquirido un poder enorme sobre los estados e incluso de transformar las leyes según su propia voluntad, destacando en particular que hacen un asunto comercial de la cuestión climática, que ahora más que nunca preocupa a la sociedad. Denominó a este sistema “capitalismo verde”.
También denunció que ahora los "grandes capitales" tienen un potencial enorme y pretenden usarlo para "seguir explotando a los más pobres", cuya cantidad crece cuatro veces más rápido que el número de habitantes de los países ricos, según los datos de un estudio llevado a cabo en vísperas del Foro Económico de Davos.
El mundo al borde de una crisis de recursos y alimentos
El mismo estudio indica que los recursos naturales de la Tierra van a agotarse dentro de 60 años ya que el planeta está sobrepoblado. En los últimos años la mayoría de los recursos han sido consumidos por Estados Unidos y China, dejando un poco más de la mitad de las reservas terrestres para todos los demás países.
El crecimiento de la población del planeta, señala el informe, es un desafío tanto para los estados emergentes que se enfrentan a estas dificultades directamente, como para los desarrollados que poseen tecnologías y medios para combatir estos problemas. El estudio destaca que para dominar la amenaza de la inminente crisis de recursos y alimentos, hacen falta los esfuerzos comunes de toda la comunidad mundial.