Infraestructura, cooperación agrícola y educación dominan la agenda de la visita que la presidenta brasileña Dilma Rousseff hace a Cuba, donde se reunirá con el jefe de Estado, Raúl Castro.
La visita comenzó este lunes y se desarrolla tras una tentativa de campaña anticubana aireada por medios brasileños.
Varios altos cargos del país sudamericano han condenado este acto y han reafirmado su respeto a la nación insular. Por su parte, Raúl Castro ha denunciado los mensajes lanzados contra su país atribuyéndolos a la intervención de Washington.
Brasil es el segundo socio comercial de Cuba después de Venezuela y participa en la modernización del puerto de Mariel, en la parte occidental de la isla. Además, las compañías brasileñas cooperan con tecnología y asesoramiento en un proyecto cubano de producción de soya y maíz .
Desde 1961 más de 600 jóvenes brasileños se graduaron en centros de enseñanza cubanos y unos 700 estudiantes del gigante sudamericano siguen cursando estudios en la isla.
Los vínculos económicos entre ambos países se fortalecieron tras la llegada a la presidencia en Brasil de Luis Inácio Lula da Silva, en 2003, y siguen desarrollándose desde que este cargo fue asumido por Dilma Rousseff, en enero del año pasado.