El borrador de la resolución de la ONU sobre Siria insta al presidente Bashar al Assad a que entregue el poder a su vicepresidente en un plazo de 15 días y permita que el nuevo gobierno nacional realice la transición hacia un sistema democrático, según informa AP. El documento exhorta a poner fin a todas las violaciones de derechos humanos y los ataques contra la gente que está haciendo uso de su derecho a la libertad de expresión, y garantizar la libertad de manifestaciones pacíficas.
Requiere, además, liberar a todos los presos arrestados por haber participado en las protestas antigubernamentales, retirar las tropas de todas las localidades y asegurar la vuelta a casa segura para todos los refugiados. El texto demanda también que Damasco garantice un acceso libre y completo al país de los observadores de la Liga Árabe. Por otro lado, insiste en que no intervendrán ni se amenazará con el envío de tropas extranjeras al país.
“Los sirios deben decidir ellos mismos si [Assad] tiene que irse o quedarse”, insistió por su parte el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. Rusia y China son dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que en varias ocasiones aprovecharon su derecho de veto para impedir una intervención militar internacional en Siria. Según ellos, el escenario libio es inaceptable en Siria y el conflicto interno del país debe resolverse a través del diálogo de todas las partes involucradas, pero sin una presión desde el exterior.
Según Moscú, “nadie tiene derecho a definir la legitimidad de un régimen, en este caso es un derecho exclusivo que tiene solo el pueblo sirio”. Pero los países occidentales como EE. UU., Francia y el Reino Unido, en primer lugar, insisten en cambio en la necesidad de que la comunidad internacional tome medidas drásticas para acabar con las presuntas violaciones a los derechos humanos de la población civil en Siria.