Obama lleva al Congreso su 'tejado' para hogares hipotecados
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado ante el Congreso su plan para revitalizar el mercado inmobiliario y ayudar a la clase media a refinanciar sus hipotecas. Sin embargo, muchos expertos opinan que la medida resulta insuficiente.
La reciente crisis económica y financiera "golpeó justo en el corazón de lo que significa ser clase media en Estados Unidos: nuestros hogares", reconoció Obama durante un acto en un centro comunitario en el estado de Virginia.
El mandatario reiteró que, debido al vertiginoso descenso del precio de la vivienda en los últimos años en EE. UU., uno de cada cuatro propietarios debe más dinero al banco que el valor actual de la casa que compró en su día.
Para financiar este plan, cuyo costo podría alcanzar los 10.000 millones de dólares y que pretende economizar unos 3.000 dólares anuales sobre los préstamos, el mandatario propuso imponer "una pequeña tasa a los grandes bancos".
Además, el nuevo plan de Obama contempla más protección para evitar desahucios "inapropiados", y la venta de propiedades embargadas por agencias gubernamentales para que los inversores privados las pongan luego en alquiler.
Esta idea ya había sido propuesta por Obama al finalizar su primer año de mandato, en 2009, pero nunca fue aprobada por el Congreso, donde desde 2011 los republicanos copan la mayoría de la Cámara de Representantes, lo que les permite decidir sobre todas las cuestiones presupuestarias.
¿Remedio contra la crisis o paso estratégico?
El economista Claudio Loser comento a RT que Obama tiene mucho interés en demostrar que la economía se está reactivando ahora que las elecciones presidenciales del 6 de noviembre se dibujan en el horizonte.
Sin embargo, el experto cree que el programa del presidente no busca solucionar el problema a quienes realmente no pueden pagar. "Esto servirá más bien para situaciones donde hay un ingreso estable y donde se puede buscar una mejora en los términos de la hipoteca", explica.
Según Loser, el programa ayudaría a sentar buena bases, pero no basta para sacar el sector de la construcción de la crisis.