"Evidentemente, no podemos medir cuál es el impacto de estas sanciones, ni es nuestro trabajo, pero claro que influyen. Tienen un efecto en la vida general de la población en Siria, como la tiene la situación general de violencia en muchos lugares del país", comentó el presidente de la delegación regional de la Cruz Roja, Juan Luis Coderque Galligo, sobre las sanciones económicas impuestas contra Damasco.
"No es un comentario político. Es una mera observación y constatación de cómo es la situación humanitaria en el país. Nos preocupa, como a cualquiera, el hecho de que hay una situación difícil en Siria, que mucha gente está sufriendo directamente las consecuencias, tanto la gente civil como miembros de las Fuerzas Armadas y de los servicios de seguridad", acentuó.
Según señalan los expertos, desde que los países europeos, la Liga Árabe y Turquía, en otras palabras, los mercados a los que correspondía una gran parte de las exportaciones sirias, impusieron sanciones económicas contra Damasco, se ha visto afectado el flujo de medicamentos y materias primas. En consecuencia, esto ha provocado un alza en los productos de la canasta básica del pueblo.
Otro problema es que las represalias financieras han causado una depreciación de la moneda nacional, con lo que ha disminuido el poder adquisitivo de la gente. El país sufre, además, por las tasas agravadas de desempleo: una situación general de enfrentamientos violentos, inseguridad y tensiones económicas dejó paralizados a muchos pequeños y medianos negocios, dejando a miles de personas sin trabajo y sin ingresos.
Actualmente el Consejo de Seguridad de la ONU discute un nuevo proyecto de resolución sobre Siria. El borrador inicial, presentado por Marruecos, ha sido modificado para responder a la crítica por parte de Rusia y China. Según Kodjo Menan, representante ante la ONU de Togo -país que preside actualmente el Consejo-, el fin del organismo es "llamar a todos los sirios a cesar la violencia y emprender conversaciones, abiertas a todos, que señalen el camino hacia un proceso de transición". Sin embargo, Moscú declara que no puede apoyar la nueva versión del documento, ya que esta no responde a los intereses del pueblo sirio.