El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha presentado las líneas generales de su plan presupuestario para el período fiscal de 2013 que comprende gastos por más de 3 billones de dólares y promete una reducción del déficit fiscal de 4 billones de dólares en una década. Su iniciativa ha sido rechazada por los republicanos.
Según preciso el mandatario estadounidense, su plan establece mayores impuestos para los más ricos y se centra en proyectos de construcción de puentes y carreteras para impulsar la economía.
Para lograr la reducción del déficit, Obama contará con el ahorro derivado de la salida dn Irak y Afganistán, lo que equivale a unos 850.000 millones de dólares. Los ahorros también incluyen reducciones en gastos de defensa, el programa Medicare de atención médica a personas mayores, subsidios agrícolas y pensiones federales.
En este año electoral en el que busca su reelección, el plan de Obama choca con la oposición de los republicanos que buscan mayores recortes en los gastos y más alivios tributarios.
El 'no' republicano
Los republicanos, que contemplan a Obama como un progresista que sólo se preocupa por aplicar más impuestos y gastar más, han declarado que este presupuesto no es un buen comienzo.
En este sentido, advierten que el aumento de la presión fiscal destruirá empleos y no resolverá el alto nivel de endeudamiento del país.
Mitt Romney, el candidato republicano favorito para meterse en la carrera por la presidencia de EE. UU.,
ha calificado el presupuesto de Obama de un "insulto al contribuyente estadounidense".
Además, el congresista republicano por Texas Jeb Hensarling aventuró que "la nación se está ahogando en los números rojos". "Espero ver los detalles pero me temo que será más de lo mismo: números rojos, menos trabajos, menos empleo y menos oportunidades", agregó él.