El presidente del Consejo Nacional de Transición de Libia (CNT), Mustafa Abdul Jalil, ha declarado que su país está dispuesto a permitir que el Consejo Nacional Sirio (CNS) abra su representación en Trípoli.
"Estamos listos para que nuestros hermanos del CNS abran su oficina en Trípoli. Apoyamos al pueblo sirio y sus aspiraciones", declaró Jalil.
El CNT libio, que dirige el país tras el derrocamiento el año pasado del régimen de Muammar Gaddafi, ha reconocido oficialmente y mantiene contacto con el CNS, la más grande agrupación de la oposición siria que apoya la dimisión del presidente Bashar al Assad.
La semana pasada Siria exigió que los diplomáticos libios abandonen el país en reacción a la decisión del Ministerio de Asuntos Exteriores de Libia, que había dado 72 horas a la misión diplomática siria y sus otros empleados para abandonar el país.
Durante los últimos diez meses no han cesado las protestas antigubernamentales en Siria. Las noticias sobre la muerte de ciudadanos y combatientes se han convertido en algo cotidiano. Según la ONU, el número total de víctimas hoy alcanza a más de 5.000 personas.
El Gobierno sirio afirma que en los enfrentamientos con la oposición armada han muerto más de 2.000 militares y empleados de los órganos de defensa, abatidos por grupos fuertemente armados.
Rusia y China han vetado la resolución sobre Siria ante el Consejo de Seguridad de la ONU, habiendo aprovechado su derecho a veto. En Moscú y Pekín temen la repetición "del escenario libio": la intervención de fuerzas extranjeras.