El presidente sirio, Bashar al Assad, anunció este miércoles que para el 26 de febrero convocará un referéndum sobre una nueva constitución para el país. Previamente, el líder sirio subrayó que la nueva ley fundamental de la república islámica ayudará a consolidar legalmente las reformas, y permitirá "pasar a una nueva fase que corresponda a las aspiraciones nacionales y que abren brillantes perspectivas para las generaciones futuras", según Assad.
El proyecto del texto, en particular, prevé el límite al mandato del presidente de la República de siete años y este solo podrá ser renovable por otro más consecutivo. Además, el borrador establece que la jurisprudencia musulmana es la fuente principal de la legislación. La iniciativa contiene que la libertad es un derecho sagrado y que el Estado debe garantizársela a los ciudadanos, y proteger su dignidad y seguridad.
La adopción de la nueva Constitución fue una de las reivindicaciones principales de la oposición tras el inicio de las protestas en marzo del año pasado.
El politólogo Omar José Hassan Fariñas opina que "el problema no es simplemente anunciarlo, sino efectivamente implementarlo. La parte de implementación está un poco difícil porque aunque se pueda dar con éxito en algunas ciudades grandes como Damasco, creo que no se puede dar con mucho éxito en las ciudades que están más complicadas por el caos. Actos de terrorismo pueden impedir que se realicen los comicios", sostuvo el experto.
Entre tanto, EE. UU. calificó la iniciativa del presidente sirio de "risible" y una "burla" a la revolución que vive el país islámico. Según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el referéndum "es bastante risible. Es una burla a la revolución siria", dijo el político en un comunicado.
Carney subrayó que las promesas de reformas en Siria "han venido seguidas normalmente de un aumento en la brutalidad" de la represión de la revuelta popular que tiene a Siria sumida en la violencia desde marzo pasado.
En este contexto, según Fariñas, hay otro 'problema' por el que la carta magna puede fracasar: EE. UU. y la UE no quieren democracia ya que tienen el objetivo de dominar al país. "El objetivo no es reformar a Siria, no es darle democracia a Siria. El objetivo es dominar a Siria mediante la destrucción", dijo a RT el experto.