Ascienden a 57 muertos por una masacre en Filipinas
Una masacre entre dos clanes políticos filipinos dejo 57 muertos, entre ellos hay 18 periodistas. Sobrevivieron sólo 4 personas. El presidente de las Filipinas declaró el estado de emergencia en la sureña provincia de Maguindanao. El jefe del Estado teme que la rivalidad histórica entre dos clanes puede transformarse en verdadera guerra civil. Aquí un grupo armado (supuestamente, una centena) capturó a los rehenes. Estaban armados con fusiles de asalto M16 antiguadas. Se trata de las armas más difundidas en las Filipinas.
Según la policía cerca de la escena del crimen fueron encontrados 24 cadáveres decapitados. Las autoridades extrajeron el miércoles otros once cadáveres: seis en un pozo junto a los restos retorcidos de tres vehículos y cinco en una tumba colectiva. Felitsisimo Hu, jefe de la policía dice que algunos sobrevivientes fueron secuestrados a otro lugar.
Todos los muertos eran los partidarios de Esmaeli Toto, un candidato a gobernador de la provincia de Maguindanao. La escolta se dirigía a la construcción de la comisión electoral local. La campaña se inició hace una semana. Las elecciones son previstas para mayo del próximo año.
Los representantes de Esmaeli Toto llevaban los documentos de la comisión electoral para su registro oficial como candidato. En la escolta estaban más de 50 personas, entre ellos la esposa del líder de la oposición y varios de sus familiares y periodistas locales. Al menos cuatro personas sobrevivieron a la matanza, informó el alcalde de la ciudad de Buluan, Ibrahim Mangudadatu, que perdió a su esposa y a dos hermanas en la masacre.
A ellos, como testigos claves de la masacre, ahora guardan celosamente.
Más tarde, en el bosque, a pocos kilómetros de masacre, encontraron otros 15 cadáveres. Los familiares de Esmaeli Toto y los miembros de su clan, aunque no hablan con los periodistas sobre la venganza, parece que están preparando para tomar medidas de represalia.
Andal Ampatuan, el líder del clan enemigo de Esmael Toto, no hizo comentarios inmediatos sobre la ejecución masiva de sus rivales políticos. Sin embargo, la policía no duda de que sus partidarios son culpables.
"No escatimaremos en esfuerzos para hacer justicia por las víctimas y perseguir y procesar a los culpables. Los criminales serán castigados. Noche pasada, el Secretario de Defensa ordenó la instalación de puestos de control en la zona. El ejército será responsable por el mantenimiento de la paz", aseveró la presidenta filipina, Gloria Macapagal-Arroyo. Más tropas regulares se mueven a la provincia. El subjefe de la policía de la provincia de Maguindanao y otros tres funcionarios son sospechosos de haber participado en la masacre. De acuerdo con el portavoz de la policía nacional, Leonardo Espina, se han abierto diligencias contra ellos. El jefe de la policía provincial fue despedido. "Detendremos a todo responsable, nadie quedará impune", advirtió.
Las autoridades de Filipinas temen que en la isla puede comenzar la guerra civil. Los dos principales rivales en la elección de gobernador no sólo encabezan dos partidos más grandes e influyentes, ellos pertenecen a diferentes grupos étnicos y religiosos. La provincia meridional de Mindanao está literalmente inundada de armas. Aquí actian ya hace muchos años varios grupos de separatistas.