La Policía de Nueva York espiaba a estudiantes musulmanes incluso lejos de la ciudad, según revela una investigación especial de la agencia AP. Los agentes neoyorquinos llegaron hasta Yale y la Universidad de Pensilvania.
Como resultado del monitoreo, varios jóvenes musulmanes ahora figuran en los documentos de la Policía de la 'Gran Manzana', aunque no hayan cometido ninguna violación de la ley.
En una ocasión, por ejemplo, los agentes de Nueva York interceptaron un correo electrónico de Adeela Khan, miembro de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Universidad de Buffalo. La joven no había hecho más que reenviar a varias personas la invitación a un evento, lo que fue suficiente para que la Policía de Nueva York pidiera ayuda a las autoridades de Buffalo, a unas ocho horas de distancia, para investigar el caso.
En 2008 la Policía envió a un agente encubierto para vigilar a jóvenes musulmanes durante un viaje en balsa, anotando incluso cuántas veces rezaban.
En esta actividad policial estaba involucrado también un agente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Lawrence Sánchez, aunque el asesor general de la CIA nunca autorizó el espionaje masivo de musulmanes que organizó la Policía neoyorquina con ayuda de un oficial de Inteligencia.
“Nadie quiere estar en la lista de la CIA o de la Policía de Nueva York. Los estudiantes musulmanes quieren tener su vida, su privacidad y disfrutar de las mismas libertades que cualquier otra persona”, asegura Tanweer Haq, activista de la Asociación de Estudiantes Musulmanes de la Universidad de Syracuse.
En 2011, en el marco de una investigación de la agencia AP, se reveló que tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, la Policía de la ‘Gran Manzana’ sometió a vigilancia a mezquitas, tiendas, bares, discotecas y estudió en 2006-2007 el contenido de algunos sitios de estudiantes musulmanes. Muchos activistas e incluso el comisionado de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly, han cuestionado la legalidad de estas actividades policiales.