El Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia formuló una protesta “firme” ante Venezuela después de que el presidente, Hugo Chávez, nombrase al famoso terrorista internacional “Carlos el Chacal”, considerándolo en su discurso como un combatiente revolucionario.
“Carlos lo que fue en verdad es un luchador revolucionario. ¡Yo lo reivindico, qué me importa lo que digan mañana en Europa!” dijo, provocando una rápida reacción de París. Tras las intensas declaraciones del mandatario, la cancillería de Francia llamó al embajador venezolano para indicarle que la justicia francesa condenó a “Carlos” por terrorismo y asesinato. “La justicia francesa condenó a Carlos a cadena perpetua por crímenes muy graves, de terrorismo y asesinatos. Es responsable de la muerte de varios franceses”, recordó el portavoz del ministerio, Bernard Valero.
Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como “Carlos el Chacal” o simplemente “Carlos”, es uno de los más famosos terroristas de nuestro tiempo. Nació en Venezuela en 1949. Su padre, un abogado comunista y ateo, le puso su nombre en honor al líder de la Revolución Rusa de 1917: Vladímir Iliich Lenin. En los años 70 entrenó en Oriente Medio y se hizo terrorista alternando estas actividades con incursiones como mercenario al servicio de la causa palestina contra el Estado de Israel.
“Carlos” cobró fama como promotor de ataques con bomba, asesinatos y tomas de rehenes, muchos de ellos contra intereses israelíes. Fue vinculado al famoso secuestro de 11 ministros durante una reunión de la Organización de Países Exportadores y Productores de Petróleo (OPEP) en Viena en 1975 y a dos atentados con bomba en Toulouse y en París en los años 80.
Después de ser capturado en Sudán en 1994, “Carlos” fue juzgado por un tribunal especial en París y condenado a cadena perpetua por el asesinato de dos policías y un confidente en 1975 en la capital francesa. Encarcelado en la prisión de Clairvaux (al noreste de Francia), aguarda un nuevo juicio por su presunta vinculación con atentados realizados en Francia en 1982 y 1983.
La “firme” respuesta de París a Caracas se conoció después de que el Centro Simon Wiesenthal enviara una carta al canciller francés Bernard Kouchner preguntando sobre su reacción ante las declaraciones de Chávez. El Centro definió estas palabras como “un nuevo umbral en la exaltación del terrorismo” y pidió protestar con firmeza por esta actitud y por “el mensaje que transmite a los jóvenes de las Américas y de todo el mundo”.