Siria está votando el referéndum sobre una nueva constitución este domingo. La convocatoria debe marcar un hito en las reformas propuestas por el presidente Bashar al Assad para poner fin a la violencia en el país árabe, que dura casi un año. Sin embargo, la oposición llama a boicotear el proceso.
Las 13.835 mesas electorales se abrieron por la mañana para recibir a más de 14 millones de personas que deben dar el sí o el no a la nueva carta magna.
El derecho a voto lo tienen ciudadanos de ambos sexos, de al menos 18 años de edad, y que no hayan sido privados de derechos civiles o políticos.
La nueva constitución cancela el monopolio político del partido gobernante Baaz, fija el principio de igualdad entre los partidos políticos, limita el cargo presidencial a dos periodos consecutivos de siete años y define al país como Estado democrático.
De ser aprobada la constitución, se deberán realizar elecciones parlamentarias dentro de 90 días.
Pros y contras
Las autoridades, que califican al documento de “ejemplo de derechos civiles y de pluralismo político”, así como de un “paso a una era nueva”, esperan que la aprobación de la constitución ayude al país a salir del limbo. Los enfrentamientos armados entre las fuerzas de seguridad y grupos opositores, ya han dejado más de 6.000 víctimas mortales, según organizaciones de derechos humanos.
La oposición trata de disuadir a la gente de acudir a las urnas, tachando al referéndum de “farsa política” y demanda la dimisión del presidente Bashar al Assad.
“El proyecto de nueva constitución es nada más que un instrumento político en las manos de un régimen bárbaro”, reza un comunicado divulgado por la oposición.
Actitud internacional
Washington, que apoya a la oposición, tachó al referéndum de “ridículo”, según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
Por otra parte, Rusia aclamó la realización de la consulta electoral, considerándola como una evidencia de que pese a la difícil situación de seguridad, el Gobierno sirio cumple sus promesas de llevar a cabo reformas profundas en el ámbito político, social y económico.
Rusia, junto con China, ha vetado dos proyectos de resolución sobre Siria en el Consejo de Seguridad de la ONU, a los que calificó de unilaterales y conducentes a la repetición del guión libio en Siria.