Altos funcionarios de la inteligencia militar paquistaní sabían del paradero de Osama bin Laden y los acuerdos para obtener un refugio seguro. Estas implicaciones se derivan de archivos confidenciales de Stratfor revelados por WikiLeaks. Pakistán, por su parte, rechazó las acusaciones.
Los funcionarios paquistaníes negaron estas acusaciones de la misma manera que lo hicieron cuando surgieron los reclamos de Estados Unidos después de que el jefe de Al Qaeda fuera asesinado por fuerzas especiales estadounidenses en Abbottabad. "Son un absurdo y no son creíbles", dijo un portavoz del general paquistaní Athar Abbas a la cadena Al Arabiya.
El incidente tensó las relaciones entre EE. UU. y Pakistán, cuyos líderes alegaron que las autoridades estadounidenses no les informaron sobre los planes para la incursión.
Sin embargo, los funcionarios de EE. UU. sostienen que era imposible para el ISI (servicio secreto de Pakistán) no haber sabido que Bin Laden se refugiaba en Abbottabad, una ciudad ubicada cerca de Islamabad.
El vicepresidente de inteligencia de Stratfor, Fred Burton, no identificó a los funcionarios que sabían del paradero del terrorista abatido, pero añadió que "nosotros (la inteligencia estadounidense) sabemos nombres y rangos".
En un correo electrónico que fue divulgado, Burton también escribe que no está convencido de la conveniencia de transmitir de esa información al gobierno de Pakistán, pero confirma que EE. UU. no confiaba totalmente en Islamabad. "Si yo estuviera al mando, yo no pasaría la información al Gobierno de Pakistán, porque no podemos confiar en ellos. Yo daría poco a poco los nombres y formaría en una lista de otros nombres no relacionados para el rastreo interno del ISI de una manera sigilosa para ver lo que nos dicen ellos".
El sitio web que encendió la alarma, WikiLeaks, planea exponer más de 5 millones de correos electrónicos, por lo visto obtenidos al quebrar la página web de Stratfor.
Stratfor, la compañía de inteligencia privada apodada 'la CIA en la sombra' proporciona el análisis de asuntos internacionales a grandes corporaciones, cuerpos militares y agencias estatales.
La fuga de información es tan prominente como la de los cables del Departamento de Estado.