El Consejo Constitucional francés anula la ley que castiga negación del genocidio armenio
El Consejo Constitucional de Francia declaró este martes "contraria a la Constitución" la ley francesa que considera delito la negación del genocidio armenio que perpetró Turquía (entonces el Imperio Otomano) a principios del siglo XX, cuando deportó forzosamente y masacró a más de un millón y medio de personas. Sin embargo, el Consejo Constitucional de Francia todavía no ha tomado una decisión final.
El Consejo "juzgó que al reprimir la contestación de la existencia y de la calificación jurídica de crímenes que él mismo reconoció y calificó como tales, el legislador aportó un menoscabo inconstitucional al ejercicio de la libertad de expresión y de comunicación", indica un comunicado del Consejo Constitucional.
El Consejo Constitucional se pronunció al respecto después que parlamentarios franceses de diversos partidos políticos, tanto de izquierda como de derecha, presentaran un recurso ante él a fines de enero.
Esta decisión del organismo ha permitido evitar "una grave crisis" entre Francia y Turquía, afirmó el viceprimer ministro turco Bulent Arinç. "El Consejo Constitucional ha tomado una decisión justa, distanciándose de consideraciones políticas. Esta decisión ha evitado una probable grave crisis entre Francia y Turquía", declaró Arinç en su cuenta Twitter.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, ordenó al Gobierno que prepare un nuevo texto de ley que penalice el no reconocimiento del genocidio armenio y no sea inconstitucional desde el punto de vista del Consejo Constitucional del país.
El proyecto de ley que penaliza la negación del genocidio armenio fue aprobado por el Senado francés el 23 de enero de este año. 127 senadores votaron a favor de la ley, mientras que otros 86 no la apoyaron. La medida suponía una sentencia de un año de cárcel y una multa de 45.000 euros por negar el genocidio armenio en Francia.
En ese momento Armenia expresó su inmenso agradecimiento a esta medida jurídica, mientras que Turquía acusó a Francia de tener una "falta total de respeto" y amenazó con la ruptura de las relaciones diplomáticas con París en caso de que el presidente Sarkozy la convirtiera en ley.
Francia reconoce dos genocidios, el de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial y el de los armenios, pero sólo castiga hasta ahora la negación del primero.