La posición de los países occidentales en lo que toca al conflicto sirio es de “puro cinismo”, comentó a RT el periodista independiente Fernando Casares.
“En definitiva, es la línea que vienen adoptando las potencias occidentales a través del Consejo de Seguridad de la ONU y la Asamblea de la ONU, que hacían clara alusión sólo a la violencia del Ejército sirio, y no hacían ningún tipo de comentarios sobre grupos armados”, argumenta el periodista.
Casares sostiene que, precisamente, esta actitud es una clara muestra de la política de doble rasero, que, según él, está llevando a cabo Occidente, que al mismo tiempo que pide el cese de la violencia, arma a grupos opositores “a través del Líbano, Jordania y Turquía”.
Por su parte, la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton, comentó el jueves que “en esta etapa no es claro” qué representa la oposición siria. “En Libia la oposición controlaba territorio, defendía Bengasi. Tenía rostro: la gente que participaba en la cooperación diplomática y los combatientes”.
Pero en Siria, según Clinton, la situación es distinta. “Cuando al Zawahiri de Al Qaeda muestra su apoyo a la oposición siria, hay que hacerse una pregunta: ¿a quién estamos armando? Si tomamos la decisión de abastecer armas, ¿cómo vamos a transportar estas armas y para qué servirán armas portátiles contra artillería y tanques?”
La cuestión de los suníes
Según Casares, “hay otra media verdad” en el contencioso sirio, ya que -afirma- aunque Occidente insiste en que la mayoría suní que vive en Siria se opone al régimen de al Assad, los resultados del reciente referéndum demuestran que, aproximadamente, la mitad de los que votaron a favor de nueva constitución, propuesta por el presidente, son creyentes precisamente de esta rama del islam.
“No significa que estén a favor del gobierno, pero sí que están a favor de la reforma. Una gran cantidad de suníes lo que quieren es una solución a este conflicto”, concluye Casares.