Los ex revolucionarios libios, que llegaron al poder después del derrocamiento de Muammar Gaddafi, mantienen en prisión a más de 6.000 partidarios del difunto coronel y muchos son sometidos a duras torturas. Esta cifra fue hecha pública por el portavoz del secretario general de la ONU en Libia, Yan Martin, ante los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU.
Según la información de Martin, el Ministerio de Justicia de Libia consiguió tomar el control tan solo sobre ocho prisiones, en las que están encarceladas 2.382 personas.
No obstante, el Comité Internacional de la Cruz Roja da otras cifras sobre el tema. Según el organismo, los ex rebeldes crearon unas 60 cárceles que contienen, según los cálculos preliminares, alrededor de 8.500 personas.
Últimamente llega con frecuencia información sobre las crueles torturas y ejecuciones de los seguidores de Gaddafi en Libia. Así, la organización internacional de defensa de derechos humanos Amnistía Internacional señala que al menos 12 prisioneros de los ex rebeldes libios murieron por torturas desde septiembre pasado. Los activistas de la organización presentaron los testimonios de unos presos que dicen que los encarcelados están en unas condiciones terribles, les apalean y golpean con cadenas metálicas durante horas e incluso les torturan con electricidad.
Yan Martin exhortó al Gobierno libio a tomar las medidas necesarias para llegar a controlar la situación y cerrar posteriormente las prisiones de los ex rebeldes. Precisó que "la situación se complica por la falta de los suficientes empleados de la Policía".
El portavoz del secretario general de la ONU prometió continuar el diálogo con el Gobierno libio para "estimularlo a inspeccionar las prisiones, establecer los lugares secretos de los encarcelamientos e investigar los abusos".
El Gobierno de Transición libio otra vez declaró que haría todo lo posible para tomar la situación bajo control. "No podemos asumir la responsabilidad por cada abuso en cada lugar", explicó el representante permanente de Libia en la ONU, Abdel Rahman Muhammed Shalkam. El diplomático confesó que en Libia "existen algunas regiones no controladas por el Gobierno, donde no hay Policía", pero aseguró que en las cárceles controladas por el Gobierno los presos, incluso los jefes militares y los ministros de Gaddafi, no son torturados.
Los nueve meses de conflicto interno libio finalizaron con el derrocamiento de Muammar Gaddafi, quien posteriormente fue cruelmente asesinado por los insurgentes terminando así sus 42 años de mandato. El conflicto dejó miles de víctimas, además de devastar la economía libia.