Francia empieza a cosechar los frutos de su activa participación en el derrocamiento del régimen del coronel Muammar Gaddafi, como lo demuestra el hecho de que haya cerrado un contrato para la modernización de 12 cazas libios Mirage F1.
El acuerdo fue alcanzado durante la visita al país africano del titular de Defensa galo, Gerard Longuet, a finales de febrero, informa Defense News remitiéndose a un portavoz del ministerio francés de Defensa.
El acuerdo prevé además el entrenamiento de pilotos libios como parte del acuerdo de cooperación militar de ambos países.
De momento el Gobierno francés asegura que no está dispuesto a ofrecer a Libia su material bélico, por ejemplo los avanzados cazabombarderos Rafale, pero las partes se han comprometido a evaluar las necesidades militares del ejército libio.
Según Defense News, en estos momentos Libia dispone de 12 cazas Mirage F1, dos de los cuales fueron llevados a Malta por pilotos del entonces rebelde Frente nacional de Transición libio. Ambos aparatos ya han sido modernizados y regresaron a Libia.
A partir de 2006 el Gobierno de Francia negoció con el entonces gobernante libio, el coronel Gaddafi, la venta de 18 de sus ultramodernos cazas Rafale por un monto de 3.200 millones de dólares. En 2010 las partes estaban a punto de cerrar el contrato de su compraventa (parece que en aquel momento al fabricante de los Rafale, la empresa Dassault, y al Gobierno francés no les importaba demasiado que Gaddafi fuera “dictador” o "criminal"), pero el contrato no fue firmado. A mediados de febrero en Libia estalló la guerra civil y el Gobierno francés se reveló como el más acérrimo enemigo del régimen libio, siendo Francia el primer Estado en reconocer el opositor Consejo Nacional de Transición, ahora en el poder. Durante la operación de la OTAN los Rafale surcaron el cielo libio lanzando ataques contra el ejército del país africano.
Parece que llegó la hora en que los actuales gobernantes libios paguen por esta ayuda.