La región de Cirenaica, en el oriente de Libia, declaró su independencia de la capital, Trípoli, tras un congreso regional.
Centenares de líderes de las grandes tribus libias y los comandantes de las milicias acudieron a una ceremonia especial para celebrar la decisión en Bengasi, en el centro regional, según la agencia AP.
Cirenaica pretende crear su propio Parlamento y ministerios de Finanzas, de Defensa y de Petróleo.
Se trata de una región entre la ciudad de Sirte y la frontera con Egipto donde se concentran hasta 66% de los yacimientos de petróleo libio.
El Consejo Nacional de Transición (CNT) en Trípoli se ha pronunciado en contra de la autonomía regional de estos territorios porque temen que conduzca a la desintegración de todo el país.
El petróleo de Bengasi en juego
Precisamente, los recursos del crudo que tiene Cirenaica representan un “gran interés económico” tanto para el CNT como para los países occidentales que buscan aumentar su influencia en Libia, opina el periodista internacional, Flavio Signore.
Además, “en este momento en Libia hay una gran confusión, un caos y se están desarrollando muchos movimientos que exigen independencia, que están en duda tras estos meses de gobierno del CNT”, dijo Signore en una entrevista con RT.
La falta de alimentación, suspensión de pagos de salarios y cortes de electricidad en el país demuestran, según el periodista, que “el Consejo no es capaz de mantener la unidad de Libia”. De esto pueden aprovecharse países occidentales y cuánto “más dividida esté Libia, mejor”.
En el país del norte de África comenzaron a registrarse numerosos conflictos étnicos tras la caída del régimen de Muammar Gaddafi que fue asesinado en octubre de 2011 tras unos nueve meses de guerra civil.
En los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes participó también una coalición internacional bajo el mando de la OTAN que, en virtud de una resolución de la ONU, realizó bombardeos aéreos apoyando a las fuerzas opositoras.