Tras una jornada postelectoral marcada por diferentes concentraciones, tanto de los partidarios como de los adversarios de Vladímir Putin, al que se considera ya el ganador de los comicios presidenciales celebrados este domingo, con casi un 64% de los votos a su favor, el primer ministro ruso se reunió con un grupo de observadores que siguieron de cerca el proceso electoral.
El futuro presidente destacó la importancia de investigar todas las irregularidades registradas durante las elecciones. “Espero que se realice el máximo control y un monitoreo de la situación”, apuntó Putin.
Mientras tanto, diferentes grupos de observadores extranjeros han destacado en reiteradas ocasiones la transparencia de los comicios presidenciales de 2012. Este plebiscito estuvo marcado por una novedad tecnológica, la instalación de cámaras web en todos los colegios electorales, que, entre otros mecanismos, permitieron detectar varias irregularidades que están siendo investigadas. Cualquier ciudadano del país podía monitorear el proceso electoral en línea, lo que confirma la transparencia de estos comicios, afirman los observadores.
No obstante, dentro de los grupos de la oposición hay quienes están convencidos de que la jornada electoral del domingo estuvo plagada de actos fraudulentos.
Varios expertos opinan que si han tenido lugar irregularidades durante los comicios presidenciales, podrían haber sido provocadas desde el exterior del país.
“Hay varios actores externos, Washington y la UE, que estaban en contra de que Vladímir Putin ganara las elecciones”, señala el politólogo y analista José Chalhoub, destacando que este escenario les obstaculiza “promover las revoluciones de colores en todos los países contiguos, como Ucrania y Georgia. Además, el tercer periodo presidencial de Putin no es de su interés”, subraya el politólogo.
Por su parte, el periodista independiente Jónatham Moriche destaca la importancia de distinguir “entre actores legítimos que tienen demandas legítimas de mayor democracia, mayor transparencia, mayor respeto a los derechos humanos, y otros grupos que tienen otro tipo de intereses más oscuros”. Según el experto, actualmente en Rusia se establece una nueva relación entre el poder gubernamental y “la calle”. Y en el marco de esta nueva relación, es importante hacer que las “demandas de la calle sean mejor escuchadas”, facilitando de esta manera que “no puedan caer en manos de grupos extremistas o de grupos manejados desde el exterior o desde otros intereses distintos a los intereses nacionales de Rusia”.