El proyecto del caza 'invisible' estadounidense sigue adelante pese a su alto coste
Estados Unidos anunció que mantendrá en marcha el costoso programa de desarrollo del caza F-35 Joint Strike Fighter (JSF), un cazabombardero invisible para los radares enemigos, a pesar de la compleja situación financiera y los recortes en el sector de defensa del país.
Según expertos militares, el proyecto del caza de quinta generación, cuya inversión se estima en 238.000 millones de dólares, es el programa más caro de armamento que desarrolla el Pentágono.
Sin embargo, para que la construcción de la aeronave no interfiera en los esfuerzos de ahorro anunciados por las Fuerzas Armadas, los líderes del Departamento de Defensa decidieron modificar algunos parámetros del aparato para hacerlo más eficiente, indica la página web insidedefense.com.
Con el fin de ampliar el radio de acción del caza, a éste se le dotará con nuevos parámetros de altitud y velocidad de crucero, factores que asimismo reducirán el consumo de combustible.
El Pentágono también planea llevar a cabo cambios en los JSF destinados a la Infantería de Marina. Los aparatos podrán despegar desde buques y portaaviones a una distancia inferior y llevarán menos armas a las originalmente proyectadas, lo que le permitirá incrementar su autonomía.
En los próximos 50 años, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos planean adquirir 2.500 F-35 por un precio aproximado de un billón de dólares.
El desarrollo de este tipo de aviones se realiza pese a que un informe confidencial del pasado mes de enero reportaba desperfectos en estos artefactos y a pesar de que el Pentágono planea reducir los presupuestos de defensa en casi 487.000 millones de dólares en la próxima década debido al enorme déficit fiscal que afecta actualmente a la nación.