Un ataque militar a Irán podría suceder en meses. Así lo aseguró este jueves el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
“No estamos parados con un cronómetro en la mano. No es un asunto de días o semanas, pero tampoco de años. El resultado debe ser la eliminación de la amenaza de armas nucleares de las manos iraníes”, proclamó el político en una entrevista televisiva, en la que apostó por dar tiempo a las sanciones promovidas en el ámbito internacional.
Al mismo tiempo, Netanyahu aseguró que prefiere recurrir a la presión diplomática para frenar el programa nuclear iraní y evitar una guerra.
Además, el político hizo hincapié en que su opción preferida sería que Irán suspenda su programa nuclear y desarme su instalación de enriquecimiento de uranio ubicada en un sitio bajo tierra cerca de la ciudad de Qom, en la zona fronteriza con Afganistán y Pakistán. “Eso es lo que me haría más feliz. Creo que cada ciudadano de Israel estaría contento”, declaró Netanyahu.
'Decisión correcta'
“Tomar decisiones no es el problema; el problema es tomar la decisión correcta. Si no se toma una decisión y no hay éxito en evitar esto, ¿a quién se lo explicaremos? ¿A los historiadores? ¿A las generaciones anteriores y a aquellas que no vendrán después?”, preguntó el político israelí.
Benjamín Netanyahu acaba de regresar de una visita a Washington, donde se reunió con el presidente norteamericano, Barack Obama, el que planteó en reiteradas ocasiones la posibilidad de atacar la industria nuclear iraní, percibida por Israel como una amenaza, y solicitó que EE. UU. apruebe la venta de bombas anti-búnker a Israel.
Tan solo este jueves el jefe del Pentágono, Leon Panetta, proclamó que un ataque de EE. UU. contra Irán sería mucho más potente que el que planea Israel. Por su parte, el general teniente de las Fuerzas Aéreas de EE. UU., Herbert Carlisle, reveló qué una bomba de 13,5 toneladas, de la que goza el país norteamericano, podría acabar con las instalaciones nucleares de la República Islámica.