Afganistán exige juicio público para el militar de EE. UU. que mató a 16 civiles
El Parlamento de Afganistán exige que el militar estadounidense que este domingo mató a tiros a 16 civiles afganos, entre ellos mujeres y niños, sea juzgado públicamente, según informa agencia AFP.
Mientras las autoridades afganas reconocen que el comportamiento de los soldados de la OTAN en su país ha colmado su paciencia, los expertos creen que la tragedia podría provocar una respuesta masiva en el país asiático.
La demanda de que el asesino sea juzgado en Afganistán va en contra del acuerdo entre la OTAN y Afganistán según lo cual los militares extranjeros que cometieron un delito tienen inmunidad de persecuciones judiciales por las autoridades locales y son procesados por los juzgados militares estadounidenses.
Los funcionarios de EE. UU., al expresar sus condolencias, insistieron en que los asesinatos fueron cometidos por un ciudadano estadounidense, identificado como sargento del Ejército de ese país. Sin embargo, los residentes locales narran sobre un grupo de delincuentes que perpetraron la violencia, vertiendo químicos sobre los cadáveres y prendiéndoles fuego.
Venganza contra los invasores
Por su parte, el movimiento talibán afgano prometió hoy "vengar" la matanza de civiles. “Simpatizamos con las víctimas de esta acción salvaje y garantizamos a sus familiaes que nos vengaremos de estos invasores y asesinos y que castigaremos sus acciones bárbaras", afirma el movimiento en un comunicado.
Siguiendo las amenazas, la embajada de EE. UU. en Kabul alertó a sus connacionales que se encuentra en Afganistán, en su mayoría militares, sobre el riesgo de que se expandan las protestas y acciones antiestadounidenses en el país.
Además de traducirse en una eventual acción vengativa contra las tropas estadounidenses, la carnicería podría dañar la aprobación de un tratado pendiente entre EE.UU. y Kabul sobre cooperación estratégica. El documento, muy importante para Washington, prevé continuar el suministro de ayuda militar a Kabul tras la salida de las tropas estadounidenses y tiene como objetivo garantizar la influencia norteamericana en la región. Debido a la matanza la firma del acuerdo “podría retrasarse”, dijo una fuente gubernamental a la agencia Reuters.
Este hecho terrible “se enmarca en una actitud permanente de provocación al mundo islámico por parte de EE. UU.” y no se trata de algo casual, asegura la escritora y abogada Purificación González. “El accidente es uno de los peores desde la invasión de Afganistán liderada por EE. UU. en 2001”, constata.
“Estos asesinatos probablemente van a provocar una respuesta masiva en Afganistán”, agrega la abogada, que recuerda los fuertes intereses que la economía estadounidense tiene en la región, sobre todo en lo que concierne a la extracción de petróleo y gas natural, que también podrían resultar afectados.
La masacre se produce en un momento delicado en las relaciones entre EE. UU. y Afganistán tras varios incidentes en los que se han visto envueltos militares estadounidenses, tales como la quema de ejemplares del Corán y el vídeo divulgado en el que se aprecia a militares orinando sobre cadáveres de talibanes.